Gonzalo Muñoz, profesor de la Universidad de Cádiz, cerró el ciclo de ponencias de la sesión de tarde con una conferencia sobre los impactos del uso público del sendero de la Isla de Tarifa. El autor de la investigación realizó un análisis acerca de las incoherencias que surgen cuando se estudia la normativa que afecta al espacio y sus usos actuales, entre ellos la existencia de un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE). "Resulta cuanto menos paradójico que uno de los lugares con mayor valor ambiental y cultura del Estrecho de Gibraltar se dedique a un centro de este tipo", apuntó, recordando que fue el Ministerio del Interior quien solicitó el uso de las instalaciones para albergar a migrantes de forma provisional pero que con el paso del tiempo se ha convertido en un centro estable. "Por coherencia ambiental, para nosotros no es el sitio más adecuado. Más aún cuando la ley dice que en zonas de costa solo se pueden ubicar instalaciones que no pueden ir en ningún otro sitio", añadió.

Pero Gonzalo Muñoz no se centró unicamente en el aspecto administrativo, sino que también señaló los efectos que el sendero está teniendo sobre las 300 parejas de gaviotas que allí habitan, -modificando su comportamiento y originando ataques frecuentes a los visitantes sobre todo en época de cría- y sobre el limonium, una planta protegida por ley y que es considerada una de las joyas de la isla.

El ponente señaló que aunque los visitantes declaran sentirse satisfechos por la visita, el 40% de ellos manifiestan haber sentido molestias por la presencia de las gaviotas y el 80% reconoce haber pisado el limonium. Esto hace pensar, según Muñoz, que aunque el sendero es un buen punto de referencia aún hay que regular numerosos aspectos que eviten los diferentes impactos.