Campo de Gibraltar

Los ecologistas piden liberar cuatro áreas de Los Alcornocales de pruebas deportivas

  • Verdemar y Agaden solicitan a la dirección que permita estas competiciones en zonas como el Valle del Cobre, Las Corzas, Los Llanos del Juncal y la Garganta del Capitán

Participantes en la última competición de la Euráfrica Trail, celebrada en octubre de 2016.

Participantes en la última competición de la Euráfrica Trail, celebrada en octubre de 2016. / erasmo fenoy

Verdemar Ecologistas en Acción y Agaden Campo de Gibraltar han solicitado a la dirección del parque natural Los Alcornocales que deje libre de actividades deportivas cuatro zonas declaradas áreas de máxima protección: Valle del Cobre, Las Corzas, Llanos del Juncal y Garganta del Capitán. Los ecologistas afirman que tras la celebración de la II Euráfrica estos espacios están sufriendo una fuerte presión humana como consecuencia de la alta demanda de actividades relacionadas con los deportes extremos.

La necesidad de liberar estos parajes de cualquier competición deportiva es aún más exigible cuando se trata de convocatorias que se hacen campo a través y con un elevado número de participantes. Los ecologistas trasladan a la dirección del parque la urgencia de limitar este tipo de convocatorias para no molestar a la fauna, al paso de aves o el anidamiento de rapaces, además de evitar posibles incendios.

"Las actividades deberían estar restringidas y ser puntuales"

Los ecologistas invitan a la administración ambiental a que busquen una zona alternativa para canalizar esta demanda, como podría ser el carril de las corzas, desde Botafuegos a Pelayo, siempre y cuando las restricciones ambientales lo permitan.

La petición dirigida a la dirección del parque incluye también la colocación de candados en las cancelas de las entradas para vehículos a motor y evitar el acceso rodado a los parajes citados.

"Creemos que en el acceso rodado y a pie debería haber una cartelería que advierta a los ciudadanos de que se trata de una zona de reserva, que tiene la entrada restringida para vehículos a motor y que requiere de autorización del parque para el paso a pie, además de información sobre las actividades que no se pueden realizar", explican los ecologistas.

En su opinión, la cartelería está justificada por el hecho de que la mayoría de la población desconoce la normativa que regula el parque natural o ni siquiera sabe que esos parajes son zona de reserva y lo que ello significa.

Verdemar y Agaden hacen hincapié en la necesidad de retirar la publicidad que hace referencia a la oferta pública y privada de las visitas a los Llanos del Juncal. En ocasiones se conceden autorizaciones para acceder a áreas protegidas solo por los carriles habilitados y con ella acuden a lugares no permitidos, al menos en el formato en que se ha publicitado.

Los ecologistas exponen multitud de ejemplos de ofertas realizadas por empresas turísticas que llevan a cabo rutas en 4x4 por lugares considerados de alta protección como ocurre con el bosque de niebla, uno de los más ofertados por este tipo de empresas de turismo natural.

Los ecologistas se muestran partidarios de instalar "barreras psicológicas" en algunos senderos -malla, rocas o troncos- para disuadir la entrada a otras áreas.

En su opinión, los responsables del parque deberían optar por la investigación y conservación como uso principal del mismo. "El resto de actividades deberían estar restringidas y ser puntuales. Estamos ante una zona con particularidades únicas en el continente europeo y creemos que esto debe notarse en la gestión que hace el parque natural de Los Alcornocales y los ayuntamientos de Tarifa y Algeciras como propietarios de los terrenos", añaden en su propuesta, además de aumentar la vigilancia durante todo el año y en especial durante los fines de semana y períodos festivos.

Los ecologistas consideran que el deterioro de los valores ambientales de este enclave, protegido en la mayoría de su extensión, tiene su origen en la excesiva publicidad en redes sociales, rutas de senderos, administración local, provincial o por parte de empresas privadas; el acceso tanto en vehículos como en bici o andando con poco control; las cancelas y puertas abiertas en zonas de entrada; la falta de carteles informativos; la apertura de nuevos senderos tanto para bicis como de senderistas con el consiguiente impacto en el frágil ecosistema del parque natural; la presencia de ganadería doméstica y salvaje dentro de los parajes protegidos; la recolección de setas; y el furtivismo de caza mayor.

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