Campo de Gibraltar

El depósito lleno y la cartera vacía

  • Los conductores de la comarca cargan sus depósitos de carburante entre el temor a una huelga de transportes prolongada y la resignación por los elevados precios

Por si acaso. La prudencia y el temor a una huelga de transportes prolongada han convertido durante todo el fin de semana a las gasolineras del Campo de Gibraltar en un lugar de peregrinación casi obligada. El inicio de los paros generalizados en el sector de los transportes, de los que depende prácticamente toda la actividad del país, como medida de protesta por la imparable escalada en los precios del gasóleo ha sembrado cierta psicosis entre los conductores ante la posibilidad de quedarse sin carburante.

Gasóleo o gasolina, igual da, sirven para llevar a miles de personas a diario hasta sus puestos de trabajo. El temor a una radicalización del conflicto, a pesar de las llamadas a la tranquilidad desde la patronal de las gasolineras, quienes creen que el suministro estará garantizado porque los repartidores de carburantes dependen de petroleras asociadas a asociaciones patronales que no harán huelga, ha hecho mella entre los ánimos y en el bolsillo.

"Nadie nos puede garantizar que, aunque salgan los camiones cargados con gasolina, se encuentren con un piquete. Resultaría paradójico quedarse sin gasolina en una comarca que cuenta con una refinería", ironiza Manuel Gómez mientras el contador de la estación de servicio gira sin parar.

Javier Pérez llena el tanque de su turismo, cargado con la nevera, sombrilla y los niños para disfrutar de un día de playa. "Espero que no llegue la sangre al río, pero es mejor estar prevenidos, por si acaso", apunta. Y esta coletilla ha sido la más repetida por las personas consultadas por este diario a lo largo del día de ayer en varias estaciones de servicio.

"El grueso de clientes vino el sábado aprovechando su visita al hipermercado para llenar la nevera", destaca la cajera de una gasolinera de Algeciras ubicada junto a una gran superficie. "En cualquier caso, aún tenemos reservas para dos o tres días más", apunta.

Llenar el depósito de un turismo con 50 litros de capacidad costaba ayer en torno a 63 euros. "Yo no soy transportista, pero mi cartera también se está quedando vacía. A 1,26 euros el litro de gasoil la cosa se está poniendo imposible", critica Juana Martín en la estación de servicios del casco urbano de Los Barrios. No le falta razón. El precio de los carburantes, con el barril de petróleo a 138 dólares, ha subido a límites impensables hace sólo 12 meses.

Las cajas de las gasolineras, sin embargo, están haciendo su agosto. "Ahora -al mediodía de ayer- la cosa está tranquila, pero esta noche pensamos que pueden venir muchos rezagados", destaca uno de sus trabajadores.

Ninguno de los consultados por este diario se había planteado la posibilidad de acudir al trabajo en transporte público. El coche sigue siendo una herramienta laboral y de ocio a partes iguales de la que dependen miles de personas en la comarca. "Siempre nos quedará Gibraltar, con mejores precios, aunque haya colas", sentencia Alejandro Jiménez.

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