Algeciras

El arte de montar un palio

  • La Hermandad de Columna abre las puertas de su local de enseres para mostrar uno de los momentos más emblemáticos de la Cuaresma: el montaje y subida del paso de palio

"Y creó también, como compendio de perfección y perfección de perfecciones, el paso de palio, como trono de María…"; rezaba el bellísimo verso pronunciado el 11 de marzo de 1956 por el recordado Antonio Rodríguez Buzón en su mítico y universal Pregón de la Semana Santa. ¡No hay cosa más bonita que ver marcharse un Palio andando! Por ello, nos colamos en el local de enseres de la Hermandad de Jesús Atado a la Columna y María Santísima de las Lágrimas para disfrutar de una las tradiciones más bonitas y emblemáticas de la Cuaresma: la subida y montaje de un Paso de Palio.

En la Calle San Vicente de Paul tiene su casa cuartel una de las corporaciones más señeras de la ciudad y en la actualidad, en cuanto a seguimiento y devoción, uno de los máximos referentes de la Semana Santa de Algeciras. La Hermandad de Columna perfila en estos días los últimos detalles del montaje de sus dos pasos antes del ya inminente Lunes Santo. Las dimensiones de su sede canónica, la Capilla de Europa de la Plaza Alta, insta a su equipo de priostía, liderado por Jorge Juliá Aguilera [Mayordomo de la cofradía], a emplazar todos los montajes al local de enseres, enclave en el que se almacenan durante todo el año ambos pasos y gran parte del patrimonio de la hermandad. No son pocos los hermanos y devotos de la entidad que se acercan hasta las inmediaciones del barrio de la Bajadilla para disfrutar de este entrañable momento de la Cuaresma.

La subida del palio marca en cada cofradía uno de los momentos más esperados del año

Destacar, como inciso, que cada año la Hermandad de Columna lleva a cabo en los días previos a Semana Santa un taller para los hermanos más pequeños de la cofradía en el que explican y detallan, además del trabajo de todo el año, aspectos relacionados con los pasos, sus partes y la forma de prepararlos.

El montaje del palio en sí no se trata de una ciencia exacta, como en todo, cada maestrillo guarda su estilo y sobre gustos y preferencias no hay nada escrito. Nos centramos, en primer término, en el cuidadoso trato con el que los integrantes del grupo de priostía de Columna manipulan y descuelgan de sus abalconadas sujeciones las bellas bambalinas de maya bordada que luce cada Lunes Santo la Virgen de las Lágrimas. Es todo un lujo pasar por allí y contemplar en las vitrinas gran parte del importante patrimonio que amasa poco a poco la corporación.

Tras suspender el techo de palio a una baja altura, gracias a cuatro poleas y a un sencillo sistema de cuerdas y contrapesos, los participantes en el montaje engarzan en un preparado tramo de enganches las cuatro bambalinas que rodean al techo (delantera, trasera y ambos costeros laterales). Una vez que el techo palio, en sí, se encuentra completamente ensamblado, se suspende totalmente hasta alcanzar una cota cercana a los 4 metros de altura con el mismo sistema de poleas (según las dimensiones del palio esta altura podría ser mayor), aupado por los cuatro correajes que sujetan los miembros del equipo.

El siguiente paso se traduce en la colocación, casi milimetrada bajo el propio techo, de la parihuela del paso de palio (mesa y armazón que sirve de base del paso y bajo la cual realizan su trabajo los costaleros). La mesa de la parihuela cuenta en sus costeros con doce tinteros, estos son perforaciones en el tablón marino [recubierto de una lámina de acero], del que se compone la parte superior de la parihuela. Estas cavidades se reparten en dos hileras de seis por cada lateral, que corresponden al número de varales que darán forma y movimiento al palio, además de sujetar su techo, como mandan los cánones de los pasos procesionales. A continuación los varales se insertan, de manera individual, en dichos tinteros (perforaciones), a la espera de recibir el acople con la parte superior del paso [techo] y quedar fijada la estructura del palio.

Resaltar sobre estos doce varales, que los cuatro que se ubican en las esquinas son llamados "maestros", ya que cuentan con un armazón de mayor fortaleza y soportan más peso que el resto, al sufrir un impacto más violento en las 'levantás' que dará el paso durante el Lunes Santo (probablemente alrededor de medio centenar entre mudá y desfile procesional).

Gracias a este proceso, el techo de palio descansa sobre los varales a través de un básico sistema de pletinas y pernos. El cual garantiza una sujeción apropiada además de mantener las zonas más sensibles de la parte superior del palio alejadas de un contacto directo con el ensamble que las dañe (bordados, orfebrería, etc.). Finalmente, unas macollas (también llamadas piñas o bellotas) coronarán cada uno de los varales y cerrarán ese acoplamiento de perno y pletina de una manera altamente estética. Que junto a los cordones, embellecen la zona alta del varal. Desgranar en este punto que los varales se componen, en su mayoría, de basamentos, cañas y diferentes piezas de orfebrería con motivos eclesiásticos y de apostolado. Al igual que ocurre con los doce varales, el resto de piezas que componen el extraordinario y complejo conjunto de un Paso de Palio, han sido cuidadosa y detalladamente limpiados de manera muy concienzuda durante las semanas previas. Una práctica que sólo conocen aquellos que limpian plata en las tardes de Cuaresma en sus respectivas cofradías.

El resto de la historia se basa en dar forma a las composiciones artísticas que componen cada Paso de Palio. Por supuesto y común a todos, está la colocación y sujeción de las tandas de candelabros que componen la candelería de la Virgen (en mayor o menor número dependiendo de la hermandad); y lo mismo ocurre con los respiraderos: perímetro de orfebrería [o de tela] que decora la parte superior de la parihuela y desde que se descuelgan los faldones del Palio hasta el suelo. En el caso concreto de Columna, los dos imponentes faroles de entre varal, las marías, las piñas y los violeteros terminarán de formar un conjunto, además del martillo del capataz y de la imagen de la Virgen de Europa en el pasillo de la candelería, que brillará con luz propia al coronarse con la subida de la Virgen de las Lágrimas a la peana del paso.

La fundición de la cera y la colocación del exorno floral terminarán de dibujar una estampa única y que es esencia de la Andalucía cofrade que todo devoto dibuja en su pensamiento. Cuánto arte hay en el mundo de las cofradías y cuánto artista anónimo al servicio de las hermandades ¡Qué hermoso es ver marcharse a un Palio andando!

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