La Santísima Virgen de la Luz Coronada regresó ayer a Tarifa como cada primer fin de semana de septiembre para cumplir con su cita anual en la iglesia mayor de San Mateo, donde se encontró con sus fieles. Esos que esperan todo un año para poder ver de cerca a la patrona tarifeña, para pasar por debajo de su manto o rezarle una oración.

Pero la patrona no llegó sola a la ciudad. Lo hizo acompañada por cientos de devotos que recorrieron los 8 kilómetros de trayecto que separan la ermita, donde descansa la imagen, de la barriada de Pescadores, donde la Luz anuncia su llegada a un pueblo en fiestas.

Cerca de 300 jinetes, según la organización, siguieron el traslado en esta edición, una tradición que se remonta al año 1914. En la cabalgata del 2017 tampoco faltaron alusiones a las víctimas de la trágica explosión del pasado agosto. Algunas personas que hicieron el traslado junto a San Isidro lucieron camisetas con mensajes de ánimo y fuerza para quienes se recuperan en los hospitales.

Junto a los jinetes, cientos de personas soportaron el intenso calor con que se despertó el primer domingo de septiembre, segundo de la Real Feria y Fiestas. Pero las altas temperaturas no desanimaron a quienes, con motivo o sin él, cumplieron con el mismo recorrido que la Virgen, llevada a hombros por un grupo de seis hombres que ejercen su cometido bajo la peana plateada sobre la que se alza la patrona. La comitiva partió minutos antes de las cinco de la tarde desde el santuario más venerado por los tarifeños. Siguiendo un paso ligero, acuciado por la fuerza del sol, las dos imágenes, la Virgen de la Luz Coronada y San Isidro Labrador, iniciaron su particular camino hasta la ciudad que los venera.

Gorras, sombreros, paraguas, algo de comida y mucha agua aliviaron las cuatro horas de caminata. Los caballistas, con sus trajes de jinetes y de amazonas, completaron el colorido típico de la cabalgata agrícola.

A kilómetros de allí, las calles del municipio tarifeño comenzaban a llenarse de público. Vecinos, curiosos, devotos y turistas se arremolinaban en los estrechos acerados, en las esquinas que se suceden tras la puerta de Jerez, el tramo final antes de que la patrona haga su entrada en la iglesia de San Mateo.

Cumpliendo con el horario previsto, sobre las ocho y media de la tarde, la Virgen de la Luz fue recibida en la barriada de Pescadores con una solemne salve. Con un pie en la ciudad, en la populosa Batalla del Salado, la cabalgata agrícola sumó nuevos componentes en la comitiva. En este punto se incorporaron los miembros de la junta de gobierno de la hermandad, miembros de la iglesia, del equipo de gobierno, hermanos mayores del resto de hermandades y cofradías del municipio, los cortejos infantiles y juveniles de la Real Feria y Fiestas y la Banda Municipal de Música tarifeña.

Comenzó entonces el recorrido más cercano, el que lleva a La Luz y a San Isidro al centro de la ciudad, con sus fieles esperándoles en el zaguán, en la ventana, en la acera, impacientes por ver de cerca la pequeña talla vestida con su manto rojo acompañada de San Isidro, salvaguarda de la Tarifa agrícola.

A las puertas de San Mateo, y como ya es tradicional, tuvo lugar la salutación a cargo del párroco Pedro Durán Durán.

En el templo mayor tarifeño permanecerá la patrona hasta el domingo 24 de septiembre. La hermandad ha preparado una serie de solemenes cultos en honor a la alcaldesa perpetua de la ciudad con tres rezos a las 8:30, a las 12:00 y a las 23:00.

Para el próximo viernes 8 de septiembre, festividad de la Natividad, se ha fijado una función principal a las doce del mediodía que será presidida por Fernando Campos Rosa, vicario general de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. En dicho acto se renovará el voto como Patrona y alcaldesa perpetua. Éste será uno de los momentos más importantes de los que se celebren en el templo ubicado en la Calzada, que desde hoy será destino de fieles y devotos de la Virgen. Algunos de ellos, nacidos en Tarifa, se trasladan hasta el municipio en el mes de septiembre para contemplar a la patrona aprovechando los días de fiestas con motivo de la feria.

Sentimiento de muchos que el pregonero de la feria, Miguel Sánchez, afincado en Sevilla, trasladó la noche antes a sus vecinos, recordando cómo sus hijas habían crecido escuchando los vivas a la Virgen.