Campo de Gibraltar

Retienen dos camiones cuando sacaban chatarra por la frontera

  • El Gobierno español autoriza la salida de los restos del barco pero no así la de su carga · El Seprona envía muestras a la Junta · Las administraciones aseguraron desconocer los hechos denunciados por Verdemar

La Guardia Civil de la aduana de La Línea retuvo el pasado miércoles, a las 13:00 horas, a dos camiones que intentaban sacar de Gibraltar 29 toneladas de chatarra procedentes de los restos del New Flame. Uno de los vehículos -con matrícula del Peñón 85308-, transportaba 7.000 kilos; mientras que el otro -con matrícula española 4036 FSJ- llevaba los otros 22.000 kilos, según pudo saber ayer Europa Sur.

Los agentes, en una inspección física, comprobaron que la mercancía estaba compuesta por restos fraccionados del casco del carguero, así como por parte de las 42.000 toneladas de chatarra que contienen las bodegas del barco.

Los agentes solicitaron entonces el documento único aduanero necesario para pasar este tipo de material por la frontera. Al comprobar que carecían del permiso fueron retenidos. Posteriormente, un miembro del Seprona tomó muestras de la chatarra, que fueron enviadas a los laboratorios de Medio Ambiente de la Junta para verificar si son o no contaminantes. La carga de ambos camiones continuaba ayer retenida en la aduana de La Línea, mientras que los camiones pudieron salir del recinto fronterizo por la tarde.

La empresa gibraltareña Steel Macltd Co. era la encargada de vender la carga que era llevada mediante estos dos únicos camiones hasta las instalaciones de la empresa Reciclaje del Campo de Gibraltar, Cádiz y su Bahía S.L., instalada en Guadarranque.

Europa Sur se trasladó ayer hasta la sede de esta empresa donde pudo hablar con su dueño y el próximo intermediario de la cadena en el viaje de la chatarra, aunque no el último. Según informó, "llevamos unas dos semanas recibiendo este material", haciendo un total de 180 toneladas del New Flame. En un principio, los camiones no tenían problemas para pasar por la frontera, ya que "el casco puedo sacarlo sin licencias, ya que no es un material peligroso y puedo recibirlo como cualquier otro material".

Según relató el dueño de la empresa instalada en San Roque, los agentes del Seprona eran advertidos y una vez que los camiones llegaban a la frontera, éstos sacaban fotografías del material. Luego dejaban pasar la carga, ya que "no pueden hacer nada, porque pasar chatarra es legal". Fue el miércoles cuando se percataron, según continuó diciendo el empresario, de que entre los hierros del New Flame se hallaban restos de las 42.000 toneladas de la carga del barco, provocando la posterior retención de los dos vehículos, ya que no se contaba con permiso para sacar este material.

Actualmente hay en las instalaciones de esta empresa un total de 45 toneladas, entre continente y contenido del barco. El resto -ya han sido llevadas hasta allí unas 180 toneladas- ha sido vendido a una empresa de Sevilla, que se encarga de llevársela y venderla a unos hornos de Badajoz. El dueño de Reciclaje del Campo de Gibraltar, Cádiz y su Bahía dijo que él podría venderla directamente a la empresa que los funde pero no tiene capacidad para ello al contar sólo con los dos camiones retenidos. "Se tendrían que hacer muchos viajes para llevarlos en estos camiones y no saldría rentable".

Tras estos acontecimientos, España podrá conocer exactamente qué son las 42.000 toneladas de chatarra que llevaba el barco en el momento del accidente en la noche del 12 de agosto de 2007.

Este diario pudo observa la chatarra que se ha sacado y transportado hasta el recinto de Guadarranque. La cantidad está sin cuantificar ya que buena parte de esta chatarra se encuentra entre los grandes módulos y piezas cortadas del buque. El material se compone de hierro fragmentado en piezas irregulares y de distintos tamaños procedente de Estados Unidos. Según informó el empresario, se trata de restos de hierros de diversas procedencias, la mayoría de demoliciones de edificios norteamericanos y restos de automóviles. Apuntó además que no son contaminantes ya que se someten a un proceso mediante potentes imanes que, tras ser triturados, separan el hierro de todos los demás componentes, ya que "el que compró la carga sólo quería hierro para fundir y reutilizarlo para la construcción".

La retención de los dos camiones llega tras la denuncia de Verdemar, que el pasado lunes dijo tener "fundadas sospechas de que Gibraltar está desmontando el barco y sacando su carga por la frontera en camiones". Tras estas declaraciones de los ecologistas, varias administraciones públicas de ambos lados de la Verja aseguraron "no tener constancia" de este asunto.

Las fuentes gibraltareñas consultadas recalcaron no tener información sobre el transporte. En España, la ministra de Medio Ambiente en funciones, Cristina Narbona, aseguró el miércoles en la IX legislatura del Congreso que "desconocemos el posible traslado desde el Peñón hasta territorio español de las piezas del barco". La consejería de Medio Ambiente de la Junta y la Subdelegación del Gobierno también negaron tener conocimiento de lo advertido por Verdemar.

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