Algeciras

María se viste de Cuaresma

  • Las Vírgenes de la Ciudad de Algeciras reciben el tiempo de preparación para la Pasión con las tradicionales vestimentas de hebrea

  • Un atuendo que toma relevancia a mitad del pasado siglo

El dosel que da fondo a la Cuaresma dibuja trazos, formas y figuras, en especial, flores en el entramado de sus hilos colocan el "aire" de cualquier imagen en un Culto, propio de estas fechas. Tiempo de reflexión, éste de la Cuaresma, que comienza un año más, completamente eclipsado a los ojos del cofrade, con la mirada eternamente perdida en el rostro de las vírgenes de la ciudad, de las madres de Algeciras, que lucen más que nunca en estos cada vez más largos días de la pronta primavera.

Las Vírgenes de Algeciras lucen perfectamente ataviadas de hebreas, como cada inicio de Cuaresma, dando lugar a un itinerario de obligado cumplimiento del cofrade para disfrutar de la gracia y esencia de este momento único del año para el devoto. De reina, de luto o de inmaculada, dejan la prestancia única de su belleza pero sin duda, por todo lo que rodea y esa infinita cuenta atrás de los sentimientos hasta el Domingo de Ramos, viste de un filtro diferente cuando se contempla a las devociones marianas de hebrea. Una bella práctica, con los años cada vez más trabaja e instaurada en Algeciras, y de la que disfrutamos estos días. Hacemos una breve recapitulación histórica:

El sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda revoluciona la estética cofrade en el Siglo XXYa no recuerda si le dijo bienvenido, si clamó siempre tuyo o susurró quédate conmigo

Esta tradición, la del atuendo de una dolorosa a semejanza de una mujer hebrea, no es un ritual tan antiguo como suele pensarse de una manera más común y generalizada. Tiene su origen, como buena parte de la estética del fondo de armario cofrade andaluz, en Sevilla y más concretamente en las manos del reconocido Juan Manuel Rodríguez Ojeda, trasgresor y autor de la estética actual en la mayoría de los detalles estéticos en las cofradías. Creador e inspirador de varias de las piezas de bordado y vestimentas más importantes del Siglo XX tanto a nivel regional como nacional.

Fue precisamente Rodríguez Ojeda el que vistiese a principios de la década de los años veinte del pasado siglo, probablemente en el año 1925, a la Virgen de la Hiniesta de Sevilla con este tipo de vestimentas por primera vez aunque no esencialmente en la imagen o concepto de hebrea que se entiende hoy. Se habla de que en aquella ocasión, el vestidor pudo tomar esa decisión ante la escasez de ajuar y joyas de la dolorosa de San Julián aunque sin saber ni quererlo llegó a crear un nuevo concepto para los atuendos de las vírgenes.

Un estilo que también emplearía otra señera hermandad hispalense como es el Valle para su dolorosa años después aunque fue ya entre los años 50 y 60 (incluso un poco más tarde), cuando se popularizó más este estilo y cambió el concepto primitivo de hebrea a la estampa contemporáneo que hoy vemos. Fue cómo no, frente al arco y la muralla, y cómo no la Esperanza Macarena, de la mano de los hermanos Garduño cuando se estableció y se definió totalmente este estilo.

Así lo explicaba en una entrevista en el año 2013 José Garduño: "La primera vez que vestí a la Macarena en mi vida fue precisamente de hebrea, en el mes de febrero del año 1959. Sucedí a mi hermano y como no podía ser de otro modo, cuando subí me temblaban hasta las piernas", explicó el ilustre vestidor. Fue precisamente en dicha hermandad dónde se estableció y perfeccionó la apariencia actual de las hebreas, con toques simples y sencillos. Tocado en forma de tablas, el uso de una diadema en lugar de corona, fajín a rayas rematado con flecos, la corona de Cristo en la mano, saya granate y manto azulado (aunque en cuanto a las tonalidades se ha innovado mucho con los años y se pueden encontrar otros colores en la actualidad). Una práctica que con los años se ha ido propagando por casi todos los rincones cofrades, más allá de Andalucía, y se ha establecido como una tradición cara al inicio de la Cuaresma.

Disfrutar en el Corpus de la belleza del Buen Fin, la claridad de la Virgen de la Alegría en Salesianos, la excelsa dulzura de las Lágrimas en la Capilla de Europa, la profundidad que despierta la Esperanza san isidrera, la robustez del Mayor Dolor en el Carmen o la destemplanza de la Estrella en Las Colinas. Por supuesto, la sinceridad de la Trinidad de San José Artesano, la finura de la Amargura en La Palma repartida en amores con la Soledad y su sobriedad; así como la eterna Piedad de San Antonio. Visítenlas y disfruten. Que estamos en Cuaresma y estamos en Algeciras.

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