Salvador de la Encina

"El Campo de Gibraltar ha sido la cenicienta en la distribución de recursos"

El diputado socialista Salvador de la Encina, el pasado lunes en la sede del PSOE de Algeciras.

El diputado socialista Salvador de la Encina, el pasado lunes en la sede del PSOE de Algeciras. / reportaje gráfico: erasmo fenoy

Etras seis legislaturas en el Congreso de los Diputados (esta es la séptima), Salvador de la Encina se ha convertido en uno de los diputados socialistas más antiguos en la Carrera de San Jerónimo. En la conversación salta de infraestructuras a puertos, Brexit o inmigración con la naturalidad de quien ha estado trabajando todos esos temas durante décadas. Ese trabajo le da la base para apuntar a los que son los objetivos clave del Campo de Gibraltar en los próximos años: Algeciras-Bobadilla, Algeciras-Vejer y medidas frente a las consecuencias del Brexit.

-¿Por qué llevamos un siglo esperando el tren?

-Esa es la antigüedad de la vía, aunque la reivindicación de verdad empieza hace 30 años con el crecimiento del puerto de Algeciras, impulsado por la instalación de la primera naviera multinacional, Maersk. La llegada de las grandes industrias también evidencia la necesidad de modernizar y electrificar la vía. Y desde hace 15 años su renovación es una necesidad urgente y perentoria. El Gobierno del PP intentó ejecutarla sin tramitar la Declaración de Impacto Ambiental y no es hasta 2004 cuando un gobierno socialista redacta el proyecto y hasta 2008 no se empieza la obra. Ese es el único tramo que se ha hecho hasta ahora y después se han consignado cantidades absolutamente ridículas que no se han llegado a ejecutar. Esa es la realidad, lo demás es distorsionarla. Hace 15 días por primera vez PSOE y PP aprobamos a instancia nuestra una iniciativa por la que se garantiza el compromiso del Gobierno de reiniciar las obras y, sobre todo, se reclaman los 870 millones que se necesitan para hacer el tramo Ronda-Bobadilla.

-¿La finalización en 2020 es una utopía?

-Si hablamos de terminar la modernización y electrificación de la vía en esa fecha, es una utopía al 100%. Y no es cuestión de que yo lo piense, es una realidad incuestionable. La consignación presupuestaria del Gobierno solo contempla el tramo Algeciras-San Pablo, 320 millones, 159 de ellos fondos Feder. El tramo principal, Ronda-Bobadilla, todavía no tiene la declaración de impacto. Por tanto, pensar en la modernización y electrificación en 2020 es querer engañar a los ciudadanos.

-La situación geográfica del Campo de Gibraltar le proporciona grandes potencialidades, especialmente al puerto de Algeciras. ¿Por qué no se le ha sacado más partido hasta ahora?

-Los que llevamos años viendo el panorama español somos conscientes de que las periferias son un peaje. Todas las zonas periféricas, no solo la nuestra, tienen proyectos históricamente reivindicados. Podemos mirar a Cartagena, El Ferrol, el puerto de Tarragona y nuestro ferrocarril. Cuanto más se aleja uno de los núcleos de poder, especialmente del centro, más cuesta conseguir algo. Nuestro país es así y la concentración de población en los grandes núcleos de poder, que son Madrid y Barcelona, hace que el reparto sea complicado. Además, en el caso de Cádiz tenemos tres grandes cabezas: la Bahía de Cádiz, que tiene un declive industrial importante a favor nuestro, el Campo de Gibraltar y el marco de Jerez. Eso significa que cuando hay que repartir no es como en otras provincias que no tienen esa dispersión territorial. Esa periferia y esa distribución interna han hecho que nuestra zona siempre sea la cenicienta de la distribución de los recursos. Por eso reivindicamos la Algeciras-Bobadilla y el desdoblamiento Algeciras-Vejer, que podrían ser dos grandes motores de desarrollo y del paso adelante definitivo.

-Otra cuestión clave serían las medidas que se adopten frente al Brexit.

-Nadie podía imaginar hace dos años que esta amenaza del Brexit fuera real, aunque cuando digo nadie no estoy siendo sincero, algunos pensábamos que sí. Tenemos una amenaza real, pero no solo para nosotros, también para España, porque Reino Unido es una fuente de turistas. En el caso del Campo de Gibraltar, hay que tener en cuenta que el principal empleador es Gibraltar, hay entre 8.000 y 10.000 personas que diariamente cruzan la Verja y esos puestos se pueden ver amenazados si las negociaciones no llegan a buen puerto. El ministro Dastis me tranquilizó al decir que bajo ninguno de los escenarios contempla el cierre de la Verja. Y no lo dijo ya en término de cierre físico, sino metafísico, es decir, de trámites burocráticos que hagan tormentosa la entrada y salida. El nuevo ministro de Exteriores es un hombre de buen talante y que poco a poco ha ido cambiando la tendencia absolutamente dañina que el ministro Margallo tuvo para los trabajadores españoles en Gibraltar y nuestros intereses. Queda otra pata, un plan especial para, más allá del Brexit, contemplar los problemas que tenemos en torno al conflicto de Gibraltar. Y en ese sentido tenemos que aplaudir que la Mancomunidad y su presidente hayan recogido nuestras propuestas, del Partido Socialista, y las estén defendiendo, porque eso es bueno para la comarca.

-El Ayuntamiento de La Línea ha elaborado su propio documento de medidas, reclamando esa fiscalidad especial e igualar su estatuto al de Gibraltar. ¿Qué le parecen?

-Me parecen bien y las vamos a apoyar. De hecho fuimos nosotros quienes dimos la carta económica especial en su momento. La situación de La Línea no es única en España, es única en Europa. Es la única ciudad que tiene al lado una colonia, que tiene una regulación que es legal pero mucho más competitiva en lo fiscal, lo laboral, lo bancario, lo societario, lo mercantil. Competir con eso es competir en una carrera con un pie atado. Si a eso sumamos que La Línea sufre todavía después de 40 años los efectos del cierre de la Verja y tiene una limitación de espacio para la actividad mercantil, el galimatías para sobrevivir y crear empleo no es fácil.

-Pero igualar el estatus fiscal de La Línea al de un Gibraltar fuera de la UE parece complicado.

-Fórmulas hay muchas. No tienen por qué simplemente igualarse, porque hay aspectos societarios y mercantiles de Gibraltar que, aunque sean legales en Europa, son difíciles de encajar en España. Otros sí son posibles, como la creación de una zona franca. Pero eso sería un aspecto más de un paquete de medidas para intentar ubicar empresas allí. Hay una que para mí es la clave: un plan especial de empleo. Si hay voluntad del Gobierno de buscar mecanismos de empleo, fiscales, societarios, financieros, en definitiva de desarrollo productivo, es posible. Falta la voluntad política de ejecutarlo y que no se queden solo en estudios y anuncios. Porque el Gobierno del PP lleva 7 años con grandes anuncios, incluso hechos por el propio presidente cuando no lo era, que dijo que La Línea tendría una carta económica especial.

-También hay que resolver otra problemática, la relacionada con el narcotráfico. ¿Cómo valora el refuerzo policial?

-En ese tema tenemos que estar unidos todos los partidos políticos. Como tenemos el 70% de la incautación de droga el Gobierno tiene que ver que hay que destinar permanentemente recursos extraordinarios. Eso hizo el PSOE de 2004 a 2011. A partir de 2012 este aspecto se empieza a descuidar hasta un punto de degradación insultante, los hechos vividos en La Línea, donde la ley desapareció hasta que se tuvo que restituir, y en el camino desgraciadamente hubo un muerto. Es posible controlar eso, como ahora se ha hecho. Ese refuerzo que hoy felicitamos se necesita de manera constante y permanente, y sin bajar la guardia.

-Más allá de las medidas policiales, ¿no hacen falta medidas sociales?

-Ese debe ser el siguiente paso una vez atajado fenómeno de descontrol del narcotráfico. Y en eso me consta que está trabajando la Junta en el ámbito de sus competencias. Se ha hablado de la creación de un comisionado, una figura como la que existe en Sevilla para buscar salidas no solo policiales, sino sociales, educativas, sanitarias. A veces ocurre que, como ahora, cuando se controla policialmente se dejan abandonadas otro tipo de medidas.

-Hablemos de los CIE. ¿Ve justo que una persona que ha cometido una falta administrativa acabe internada?

-No es justo que una persona que huye de su país por miseria, por cuestiones ideológicas y políticas, y que no tiene la documentación que se requiere se pueda ver privada de libertad. No es justo, pero es legal. Y la ordenación que existe, y todavía no se ha buscado otra solución para el tránsito de verificación de los papeles, está regulada en los CIE. Si no, esa persona estaría en la calle sin ningún tipo de control ni de recurso, mendigando, en situaciones difíciles. Lo que ocurre es que tenemos en la mente del CIE de Algeciras y ese centro hay que cerrarlo ya. Hay que cerrarlo por indigno, porque vulnera los derechos más fundamentales, no solo de los que están privados de libertad, sino también de los que los cuidan, la Policía. Hay CIE que están adaptados a la normativa europea, así iba a ser el que se ha prometido que se iba a construir aquí y todavía estamos esperando.

-El Campo de Gibraltar tiene un problema de imagen...

-Lo ha tenido siempre.

-¿Como se combate?

-Cualquiera que nos visita y nos conoce sabe que el Campo de Gibraltar es una de las zonas más bonitas por su variedad, su interior, La Almoraima, la costa. Pero todo eso se distorsiona por nuestra falta de infraestructuras, el narcotráfico, a veces la contaminación, porque tenemos uno de los mejores polos industriales pero todavía a veces se lo relaciona con una imagen de contaminación. Junto inmigración y paro, hacen que la comarca aparezca distorsionada. Conozco casi toda España y puedo decir que esta comarca es una de la zonas más bonitas y de mejores ciudadanos porque son la inmensa mayoría gente trabajadora, orgullosa de ser campogibraltareña. Y lo digo sobre todo por la gente de La Línea, porque a veces salen reportajes en televisión que distorsionan ese espíritu de integridad, honestidad y trabajo.

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