Ana llegaba a España bajo el nombre siempre alarmante de ciclogénesis explosiva y con alertas por fuertes vientos, fenómenos costeros y lluvias. La Agencia Estatal de Meteorología avisaba de rachas de vendavales de hasta 140 kilómetros por hora, 100 en Andalucía. Pero a pesar de la alerta máxima, el temporal no causó grandes daños ayer en el Campo de Gibraltar. A su paso dejó, eso sí, dificultades en el tráfico del Estrecho, ramas y árboles caídos, algunas chapas volantes y problemas en el suministro eléctrico, circunstancias comunes a otras tormentas y que se repitieron en el conjunto de la comunidad autónoma. Por la tarde se recobraba la normalidad en la comarca tras 67 avisos contabilizados por el 112 desde la noche anterior.

En el conjunto de Andalucía se sumaron 711 incidencias leves, 116 de ellas en la provincia de Cádiz. La mitad correspondieron al Campo de Gibraltar, donde destacó la afección a Algeciras, donde se registraron 30 llamadas al servicio de emergencias 112; mientras que en La Línea hubo 17; en San Roque y Los Barrios, 5, y en Tarifa 4.

Los primeros problemas se producían en la tarde del domingo con el cierre del tráfico de pasajeros en el Estrecho. El Passió per Formentera hacía la última salida hacia Ceuta a las 21:45, mientras la compañía Hélity, que enlaza regularmente Ceuta con el aeropuerto de Málaga y el helipuerto de Algeciras, programaba varios vuelos extraordinarios para atender la alta demanda de personas a ambos lados del Estrecho que no querían quedarse varadas. No consiguió cruzar un grupo de 140 estudiantes Erasmus, que pasó la noche en la estación marítima de Ceuta. Los primeros viajes de la mañana de ayer fueron también suspendidos, pero antes de mediodía se normalizaba el tráfico desde Algeciras y poco después el de Tarifa.

Semáforos apagados, cables y farolas caídas, desprendimiento de ramas y caída de árboles coparon las llamadas de emergencia desde Algeciras, como en el resto de municipios. Una de ellas fue singular: alertaba del riesgo de caída del árbol de Navidad situado en la confluencia de Blas Infante con las murallas meriníes, algo que obligó al Ayuntamiento a ordenar su retirada. Los parques públicos y los dos cementerios de la ciudad permanecieron cerrados durante la jornada.

Otra de las preocupaciones fue la asistencia a los colegios. El alcalde, José Ignacio Landaluce, lanzaba un mensaje de tranquilidad a los padres asegurando que la Junta de Andalucía le había confirmado que todos los centros escolares de la ciudad estaban funcionando y que no se tendrían en cuenta las faltas de asistencia. No obstante, bastantes padres optaban por no llevar a sus hijos al colegio. Y desde IU se negaba que todo funcionase con normalidad: la concejal María Luisa Guerrero denunciaba que el mal estado del colegio Mediterráneo había obligado a suspender las clases "ante el temor de que se pudiera producir alguna desgracia".

En La Línea se repetía la situación: antenas en movimiento, techos de uralita caídos, contenedores movidos y una llamada de alerta porque la cubierta del Palacio de Congresos estaba moviéndose. El Ayuntamiento destacaba la "normalidad" pese al fuerte temporal, pero reconocía algunos problemas en centros escolares, con cortes de luz en tres de ellos, problemas en un portón de acceso con motivo del viento o caídas de árboles. Incidencias solucionadas a lo largo de la jornada.

En San Roque, Ana dejaba un rastro de destrozos, la mayoría de pequeña consideración, sin ningún daño personal. Operarios de la Delegación de Obras y Servicios se emplearon a fondo para retirar objetos desplazados por las fuertes rachas de viento, principalmente ramas de árboles de grandes dimensiones, aunque también cables, postes eléctricos e incluso un cartel. Las actuaciones tuvieron lugar en prácticamente todo el municipio.

En Los Barrios sólo se registraron llamadas de emergencia por la caída de ramas y de algún árbol, aunque también se vino abajo, sin consecuencias, un muro en el perímetro de Acerinox (que en la mañana estaba siendo reparado) y se alertó de problemas en el colegio de Palmones.

También fue relativamente tranquila la jornada en Tarifa, al menos por el número de llamadas al 112: cuatro, tres de ellas por árboles caídos.

La empresa comarcal Arcgisa, responsable de la gestión servicio de recogida de residuos en la mayoría de los municipios, informó de la realización de más de 130 actuaciones en la jornada de ayer como consecuencia de incidencias ocasionadas por el temporal, la mayoría de ellas de reubicaciones de contenedores.