La representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en España, Francesca Friz-Prguda, reclamó ayer al Gobierno un plan armonizado y coordinado para atender las llegadas de migrantes a través del Mediterráneo ante el previsible aumento de pateras para los próximos meses.

"La situación en las costas está desbordada y la respuesta que se da a las personas que han conseguido llegar se realiza de manera dispersa dependiendo de dónde y cuándo se produce la llegada", sostuvo la responsable de Acnur tras supervisar el dispositivo de atención en la comarca.

Sobre Tarifa, uno de los lugares que mayor número de llegadas canaliza, Friz-Prguda lamentó la falta de espacio y de infraestructuras adecuadas para atender a los recién llegados, así como los problemas de seguridad para los desembarcos. Acnur propone concentrar las llegadas marítimas en "puntos centrales" donde se establezcan los criterios y sistema de identificación de los migrantes.

"Creo que existe un consenso entre todos los actores -ONG y autoridades de distintas administraciones- de que los obstáculos se pueden vencer con recursos y si España no puede, hay ayudas a la UE", opinó la responsable de Acnur, quien insistió en la prioridad de poner en marcha un plan integral "liderado desde arriba, no de forma local y cada uno desde su puerto".

La representante del comisionado lamentó que la situación actual sea de "caos y descoordinación" en las llegadas costeras. Algo que la entidad espera atajar a partir del próximo mes de septiembre, cuando está previsto que se ponga en marcha un proyecto piloto con la propuesta de Acnur de establecer un sistema de identificación, posiblemente en Algeciras.

"Es urgente establecer puntos de derivación y de identificación de llegadas por mar y tierra", dijo, para que se haga una tramitación rápida de la situación de los migrantes y distinga si son susceptibles de protección internacional, menores o cualquier otra circunstancia.

Más de 5.000 personas llegaron de forma irregular por mar y otros 2.000 por tierra en 2018, y al menos 220 han muerto en su intento de llegar a España desde el norte de África, aunque las cifras van cambiado cada día, con una mortalidad al alza, alertó la entidad de atención al refugiado.