Festival de Cine Iberoamericano

El cine del maestro Don Paco

  • Francisco Regueira recibe el Premio Cine y Valores de 'Huelva Información'

  • El profesor organiza desde hace 30 años la Semana de Cine Iberoamericano en el centro penitenciario

Todavía intentaba despejarse las lágrimas María en el homenaje a su marido, cuando una interna se sentó junto a ella, en la primera fila del salón de actos de la prisión: "Gracias por hacer tan buena esa labor", le dijo. "Yo no hago nada", le respondió, quitándose el mérito que también le atribuyó su marido. La interna se dirigió después a la hija: "Una tiene el padre que tiene y ya no se puede hacer nada, pero ojalá hubiera tenido uno como el tuyo, como Don Paco".

Esa confesión se produjo al margen del acto que seguía en el escenario y no tuvo más intención, sincera ella, de trasladarle a la familia de Francisco Regueira que el homenaje que recibía en el marco del Festival de Cine era merecido y compartido por todos dentro.

Al director de Huelva Información le ocurrió algo parecido al llegar: una interna se le acercó para darle las gracias por el premio concedido a Regueira: "Don Paco es lo mejor que tenemos aquí". Luis Pérez-Bustamante lo contó después en su intervención en el salón de actos, y al profesor, al maestro, en toda la extensión de su significado, su pretendida contención se le fue al garete y las lágrimas saltaron mientras esperaba sentado.

Francisco Regueira recibió ayer en ese acto público, en el interior del centro penitenciario, el Premio Cine y Valores que otorga Huelva Información en el marco del Festival de Cine Iberoamericano. Fue un vistoso cuadro de la pintora onubense Lola Reymundo.

El reconocimiento le llega, precisamente, el año en que se celebra la trigésima edición de la Semana de Cine Iberoamericano que el mismo Regueira ideó en 1988, cuando apenas llevaba unos meses de profesor en el Centro de Adultos que imparte clases a la población reclusa en Huelva. Él también lo puso en marcha, con una extraordinaria fe en el proyecto, que la extendió incluso entre los más escépticos al principio. Y lo ha consolidado con el paso de los años, con la creación del premio Llave de la Libertad, que conceden hace veinte años los internos, cotizado muy alto en el Iberoamericano.

Lo dijo Pérez-Bustamante. Y el alcalde, Gabriel Cruz, que no quiso faltar al homenaje, también insistió en ello. "Él dice que sólo es un maestro y que éste es su trabajo. Pero hay muchas formas de hacer un trabajo, y él es de los que consiguen que sus alumnos se sientan felices con ello. Es la diferencia entre un profesor y un maestro", dijo el director.

Allí dentro, Regueira es Don Paco, el maestro. Y como tal ejerce y es respetado por todos, alumnos e internos. Tienen la suerte, aseguró Gabriel Cruz, de haberse topado con alguien como él, "que escucha, tiene sensibilidad e intenta ofrecer todas las herramientas para que en el futuro tengan el orgullo de ser personas". "Todos tenemos sentimientos, aspiraciones y frustraciones. Todos tenemos una mochila cargada en el pasado y todos merecemos una oportunidad", apuntó el alcalde, que también recibió después las palabras de una interna que se le acercó en el pasillo: "Gracias por considerarnos personas".

Cuando Regueira habló desde el atril, lo reconoció: "Me he emocionado bastante. No sé qué decir. Es lo más sublime que le puede pasar a una persona". Los aplausos acudieron al rescate y le dieron aire para empezar la ronda de agradecimientos, todos sinceros. A Huelva Información, por "estar siempre dispuesto a colaborar y hacerle hueco a todas nuestras actividades". Al director del centro penitenciario, Alejandro Zulueta, "por dar todo tipo de facilidades a cualquier actividad que redunde en beneficio de los internos". Al director del Festival, Manuel H. Martín, al contribuir también a la concesión del premio y por su colaboración, "a pesar de los fallos técnicos, para llegar a otros treinta años más". "A Manolo Bayón [programador del certamen], mi hermano, porque sin tí esto no sería festival". Y al alcalde Gabriel Cruz, por estar presto cuando le necesitó para mantener las actividades de la muestra de cine en el centro.

Lo más emotivo lo dejó al final para su familia y sus compañeros. Primero, su mujer, María, "que me soporta". "Más de una vez he querido dejar esto, cansado, entristecido... y era ella la que me animaba a seguir. Trabaja más que yo diez veces y merece el premio diez veces más por su empuje, su trabajo, su ánimo". "Y mis hijas -apuntó- son el mejor premio que me ha podido dar la vida". Las lágrimas volvieron de nuevo. Inevitables.

Y la referencia a sus compañeros, "a los diez de ahora y a todos los anteriores". "Sin vosotros, esto que hacemos no sería posible".

La emoción estuvo presente en todo momento. Eso dio un tono muy especial al acto de homenaje. Aunque todas las sesiones celebradas en el centro por el Festival son siempre entrañables, cuando menos. Cada año se repite, casi como una tradicional transmisión entre veteranos y novatos: todos los cineastas que participan en el encuentro con los reclusos recomiendan la experiencia y piensan ya en su regreso cuando tenga la oportunidad de volver a Huelva.

Antes del acto de homenaje a Francisco Regueira, los internos vieron en el salón de actos la coproducción argentino-venezolana Maracaibo, que valoraron después depositando la papeleta con sus votos en una urna a la salida del salón. El director, Miguel Ángel Rocca, y el actor protagonista, Jorge Marrale, se sentaron luego para comentar con los espectadores los detalles del filme.

"Todo lo que ocurrió me pareció muy emotivo", confesó Rocca sobre el homenaje que siguieron como invitados de excepción desde el patio de butacas. "Me conectó con algo muy personal y muy sensible porque más que al cine yo me dedico a enseñar a escribir. Mi verdadera profesión es docente". "Y es muy importante -añadió- lo que vimos. Estoy muy agradecido por compartir este momento".

Jorge Marrale, actor muy reputado en Argentina, también admitió que "la experiencia de estar con ustedes ha sido importantísima". "Comparto con Miguel mi estado emocional por ver lo que construye un maestro, lo mucho que la enseñanza abre la cabeza y el corazón para ver y comprender este mundo y ser mejores. Ese sentido del maestro se hace universal".

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