Gran Wyoming

"Si Intereconomía me ofreciera un espacio a lo mejor me lo pensaría"

  • El ácido animador, que cumple un cuarto de siglo en los platós, compara su programa en La Sexta con una montaña rusa.

Acaba de cumplir un cuarto de siglo apareciendo por la pantalla de casa (pocos de los rostros actuales han rebasado esa cifra) y con su perpetua aura de polémica e incorrección cada noche sigue aterrizando en El intermedio de La Sexta para analizar los defectos de muchos y reírse de todos. El programa de Globomedia es de los pocos que permanece de aquella primera parrilla de La Sexta florecida en la primavera de 2006.

-Usted pregona sin complejos que ha estado en todas las cadenas: La 1, La 2, Antena 3, (en Cuatro no, dice usted que pagan poco), Telecinco y recaló en La Sexta. Sólo le falta Intereconomía. ¿Qué le parece?

-No sé si aceptaría trabajar en Intereconomía. Pero vamos, si tuvieran a bien ofrecerme un espacio a lo mejor me lo pensaría. Me gustaría dirigirme a ese público tan masoquista que tienen.

-Y va a cumplir cinco años en La Sexta cuando comenzó con un 0,2% de cuota, que entonces sabía muy amargo.

-El proyecto de El intermedio lo llevo bien. Afrontamos una temporada más cuando yo pensé que íbamos a durar medio año y más con aquellos primeros resultados. Estoy encantado de encontrarme en esta cadena y de hacer este programa porque sólo podía disfrutar en estas condiciones.

-Pero ¿no está ya cansado del programa, de Thais, de Beatriz, de Usun, de Gonzo...?

-Tengo una ventaja de que al ser un programa en directo no te puedes relajar. Es como montarte en una montaña rusa, aunque te subas veinte veces siempre es distinto. Y no te puedes tomar un yogur mientras lo haces. Así es El intermedio y quienes están en él, con esas mujeres que son tan magníficas como yo.

-Recibió el Ondas y en el Festival de Vitoria les premiaron como el programa más divertido del año .

-Estoy muy contento de recibir premios de risas. Es difícil que te valoren el humor en un programa tan ácido como el nuestro, porque el humor blanco se valora más, porque te diriges a un público amplio. Nosotros tenemos que dar caña a los políticos, a la Iglesia, y eso a veces o no gusta o no lo entienden.

-Parece que usted vale para esto de contar y hacer reír...

-Este es un programa de largo recorrido. Se va sumando público poco a poco y se va fidelizando. Eso mismo le pasó a Caiga quien caiga. Parecía que no encajaba y duró  mucho. CQC duró siete temporadas pero podían haber sido muchas más de no haber sido cancelado por criterios políticos.

-¿Qué le parecen las versiones que se han hecho de CQC en los últimos años?

-Me parece bien. Es un formato magnífico. Yo lo haría si no lo hubiera hecho ya.

-Tal vez CQC era un programa para un determinado momento político, con Aznar ahí arriba.

-Era entonces un buen momento político, pero ahora, con esta crisis, también sería un buen momento. A los últimos CQC tal vez les faltaba un equipo tan potente como el de los primeros años. Al cambiarse el equipo no es lo mismo. La reedición del formato con otra gente suena a segunda parte y al público no le gusta igual.

-¿Se ha creado muchos enemigos en estos años?

-Este programa es como dice su nombre, Intermedio, entre medios, y no tengo nada personal en contra de ningún medio, pero algunos nos dan el trabajo hecho.

-La agresión sufrida por Hermann Tertsch, de Telemadrid, tuvo que ser el momento más incómodo para usted en este año.

-Como poco fue el momento más extraterrestre. Le agredieron en un bar a altas horas de la madrugada y Telemadrid ilustró la noticia con mi cara, por un montaje de humor que habíamos sacado días atrás. Que pregunten a los camareros qué pasó, porque está claro que yo no tengo nada que ver. 

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios