La solemnidad y el buen hacer marcaron el desfile procesional de Jesús en la Oración del Huerto y Nuestra Madre de Dios y del Rosario en Tarifa, que partió desde el templo mayor de San Mateo con algo de retraso respecto al horario previsto. Una leve espera que dio margen suficiente para que numerosas personas se agruparan a las puertas de la iglesia para ver salir al Cristo en actitud orante, la bella talla esculpida en madera de cedro hace ahora veinte años por José Manuel Bonilla Cornejo.

Una vez abiertas las puertas del templo, el centenar de nazarenos abrió el cortejo para dar paso a la salida del Señor, que anoche estrenó una nueva túnica morada y que fue muy comentada por los fieles por su belleza. No fue el único estreno del desfile, puesto que la banda de cornetas y tambores Nuestra Señora de Gracia, venida desde la localidad sevillana de Carmona para acompañar al Cristo, obsequió a los tarifeños con la interpretación de la marcha Lunes de Oración, compuesta específicamente para el desfile de anoche y que sonó junto con las composiciones clásicas de la Semana Santa. Los aplausos supieron recompensar a los músicos y a las cuadrillas de costaleros, sabiamente guiados por los capataces José Enrique Martín Cerrudo (Cristo) y Antonio Manuel Valencia (palio).

Tras una salida impecable, el paso del Cristo comenzó a avanzar por el recorrido previsto mientras que la gente siguió a las puertas del templo a la espera del palio. Profusamente decorado con delicadas flores y cirios, la Virgen hizo su salida bajo los sones de la Asociación Musical Manuel Reiné, de la localidad. La virgen estrenó el simpecado, elaborado en tisú plata.

Poco a poco, el cortejo se dirigió hasta la capilla de La Inmaculada, donde se ofició la oración penitencial, para continuar luego con el recorrido previsto por las siempre bellas e intrincadas calles del centro de Tarifa.