La reapertura de un templo Un ermitaño recupera las visitas a un conjunto monumental

Una joya rescatada del olvido

  • La ermita de los Santos Mártires de Medina reabre sus puertas después de seis años con un rico legado histórico y artístico dejado por diferentes culturas desde la época romana

Los suaves silbidos de los pájaros apenas quiebran el silencio que preside la vida en la ermita visigoda de los Santos Mártires. Considerada cuna del cristianismo en la provincia de Cádiz y en Andalucía occidental, cada rincón rezuma espiritualidad y, sobre todo, historia. El recinto ermítico es en su conjunto un legado de los pueblos y culturas que han poblado la zona desde tiempos inmemoriales, con elementos artísticos romanos, bárbaros (sobre todo vándalos y visigodos), árabes, cristianos de la Reconquista, medievales...

Cerrada a cal y canto durante los últimos seis años y medio (excepto las jornadas de puertas abiertas que el Ayuntamiento de Medina organiza anualmente sobre sus conjuntos monumentales), esta auténtica joya religiosa, histórica y artística vuelve a recibir la luz del sol y a estar abierta al público gracias a la labor de Carlos García de Paredes, consagrado como ermitaño por la Diócesis de Cádiz y Ceuta el pasado mes de julio y a cargo de un recinto que guarda tesoros desconocidos para la mayoría de los gaditanos.

La ermita fue construida sobre una antigua villa romana en el siglo II y ocupada en el IV por los ermitaños de San Agustín junto con San Paulino de Nola, fundador de la misma. Fue bendecida como basílica visigoda en el año 630 por el obispo Pimenio bajo el nombre de los Santos Mártires en recuerdo de los ermitaños martirizados por los bárbaros.

El paso de cada pueblo, de cada cultura, ha dejado una huella imborrable hasta convertirla en un punto de referencia ineludible para conocer la historia de Medina Sidonia -municipio donde se asienta- y del resto de la provincia.

Merece la pena visitarla por todo ello y el plus añadido del bello paisaje que regala de la campiña del interior de La Janda. Enclavada en el punto kilométrico 1,5 de la carretera A-2235 entre Medina y Vejer, no resulta fácil encontrarla porque no hay una señalización específica que la anuncie pese a poseer la declaración de Bien Interés Cultural por parte de la Junta de Andalucía.

Uno de los empeños del ermitaño es conseguir que se habiliten varias señales en la carreteras que indiquen el punto donde se ubica y cómo acceder a la ermita. Mientras, él se dispone a colocar un letrero en el frontal del muro perimetral que permita ver desde la carretera dónde se encuentra el templo.

Carlos García de Paredes compagina su dedicación espiritual con la tarea de cuidar la ermita, donde vive desde hace unos tres meses, y enseñarla a los visitantes.

Las visitas están establecidas de martes a domingo (ambos inclusive) en horario de once de la mañana a una y media del mediodía.

El ermitaño tiene trabajo por delante en el interior y en el mundo exterior porque el objetivo es doble. De un lado, restaurar un entorno deteriorado por el abandono sufrido en los últimos seis años. Por otro, dar a conocer a la población la riqueza histórica y artística de una ermita que tiene mucho que enseñar.

Proyectos no le faltan en esta etapa ilusionante que se le presenta. A corto plazo quiere poner baldosas en el núcleo del atrio exterior, arreglar el muro perimetral de patio y reformar la planta baja del inmueble anexo al templo con el fin de habilitar una sala de exposiciones, además de colocar una escalera en una zona inclinada del recinto, instalar una bolsa de aparcamientos, poner el letrero en la fachada...

En el interior del templo, la idea del ermitaño se centra en restaurar los retablos y un cuadro alegórico que data del siglo XVII como principales actuaciones.

Como todo en la vida, todo esto cuesta dinero, por ello la colaboración ciudadana es fundamental para conservar y abrir al público un lugar "de gran valor histórico y artístico", explica el ermitaño.

Más adelante, quiere promover la creación de un museo -en la casa del santero- con los elementos artísticos que guarda de la ermita, además de un archivo documental que recoja su historia. El soporte para llevar a cabo todos estos proyectos y otros que se puedan desarrollar en el futuro, además de mantener la ermita, será una Fundación -bajo el nombre de Amigos de la Ermita de los Santos Mártires)- en cuya constitución ya ha empezado a trabajar García de Paredes.

Las labores de adecentamiento se suceden estos días como preparación de la ermita para las jornadas de puertas abiertas de los monumentos asidonenses que se celebrarán entre los días 4 y 8 del próximo mes de diciembre. Para la ocasión se editará un DVD de la ermita y se distribuirá un tríptico explicativo de su riqueza histórica y artística.

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