La Fiscalía ha solicitado penas que en conjunto suman 42 años de prisión para un hombre acusado de asesinar a sus dos hijos en Ubrique en octubre de 2014. El Ministerio Público le imputa al supuesto filicida dos delitos de asesinato, pidiendo 20 años por cada uno de ellos; además de un delito de abandono familiar por el que solicita dos años más.

Por su parte, la acusación particular y el Ayuntamiento de Ubrique, que se persona en el procedimiento como acusación popular, plantean penas superiores que llegan a sumar 52 años de prisión en total: 25 por sendos delitos de asesinato y dos por el de abandono familiar (al igual que el fiscal).

En concreto, la acusación particular sostiene que en ambos asesinatos concurren las agravantes de alevosía y ensañamiento, además del aprovechamiento de las circunstancias de tiempo y lugar, y la de parentesco.

Por último, en la audiencia preliminar celebrada ayer en los juzgados de Ubrique, la defensa del procesado ha requerido la libre absolución del procesado, mostrando su disconformidad con el relato de los hechos y la autoría de los mismos.

Las conclusiones provisionales de la acusación particular exponen que el día 6 de octubre de 2014, en torno a las 4:50 y las 5:00 horas de la madrugada, varios testigos oyeron "fuertes ruidos y gritos" en el domicilio habitual en el que vivían el acusado y sus dos hijos de 19 y 17 años.

Cuando esos testigos -vecinos del barrio- abrieron la puerta encontraron el cadáver de la joven ensangrentado al mismo tiempo que oyeron unos pasos que se alejaban por la escalera.

De lo que ocurrió dentro de la casa dan cuenta las inspecciones oculares ampliatorias efectuadas por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil. A partir de ahí se reconstruyeron los hechos acaecidos esa madrugada de octubre.

Según consta en la calificación provisional, el procesado cogió un cuchillo que tenía guardado en un lugar poco accesible y desconocido por sus hijos, con la intención -tal y como manifestó en el momento de su detención por la Benemérita- de matar a su hija. Para ello se dirigió a su cuarto asestándole varias cuchilladas, consiguiendo la hija zafarse de la agresión y acceder al pasillo.

Las conclusiones de la acusación particular detallan que, ante tanto tumulto, el hijo menor salió de su habitación y también fue apuñalado por el padre en el pasillo, circunstancia que la chica aprovechó para salir de la casa y llamar a los vecinos, momento en el que fue nuevamente acuchillada en el rellano de la escalera.

El progenitor se dio a la fuga, siendo encontrado horas más tarde por la Guardia Civil.

El cuerpo de la hija presentaba 26 heridas, todas ellas compatibles con el cuchillo encontrado que el padre reconoce como suyo. De esas 26 lesiones, 11 eran intencionales y 15 de defensa, según el informe de la autopsia.

El cuerpo del hijo presentaba 14 heridas, también compatibles con el arma de su progenitor, de las cuales 10 eran de defensa y 4 contusas.

"Esta multitud de cuchilladas y contusiones aumentaron deliberadamente el dolo de las víctimas", concluye la acusación.

Con anterioridad a los hechos relatados, el acusado había dejado de mantener y alimentar a sus hijos, incluso en lo más básico, como reacción a la oposición de los mismos a nueva relación sentimental que mantenía tras el fallecimiento de su esposa. Y ello a pesar de tener trabajo estable y un salario mensual, recogen las calificaciones provisionales de la acusación.

Como consecuencia de ello, la hija había dejado de cursar sus estudios universitarios en Sevilla y se había trasladado a Ubrique, solicitando la ayuda de los Servicios Sociales del Ayuntamiento.

Asimismo, el hijo menor era mantenido por sus familiares paternos y maternos.

Toda vez que las partes han expuesto sus conclusiones, ya se ha acordado la apertura de juicio, que se celebrará próximamente en la Audiencia Provincial a través del procedimiento del jurado.