-¿Cómo definiría la gestión de la Diputación en estos cuatro años?

-Yo la definiría como muy buena para las grandes ciudades y nefasta para los pequeños municipios de la provincia. Se ha abandonado a las zonas rurales y la Diputación no ha sido capaz de poner en marcha con fondos europeos programas para instalaciones deportivas o para cultura. En tema de empleo todas las diputaciones han puesto en marcha un plan menos ésta. Así que tienen que estar contentas las grandes ciudadades pero no ha habido ni una sola reunión con los alcaldes de menos de 20.000 habitantes.

-¿Y la falta de ese plan de empleo cree que ha sido por la crisis, por falta de dinero o por el planteamiento de la gestión?

-Por el planteamiento, sin duda. La Diputación es una institución con dinero. Es verdad que no tienen ninguna varita mágica pero hemos llevado propuestas de empleo a todos los plenos y no ha habido diálogo. Como diputado estoy decepcionado con esta gestión; y como alcalde, a mi pueblo (Espera) el presidente ni siquiera ha venido a visitarlo y no ha habido ni una sola reunión con todos los regidores. Loaiza se limitó a hacer un consejo de alcaldes al principio del mandato, pero eran solo los alcaldes de las grandes ciudades. Creo que se ha retrocedido en el apoyo a los pueblos.

-¿Y cómo ha sido el clima?

-Dejando lo personal a un lado, el diálogo ha sido cero. Ha habido diputados con mucha voluntad pero la realidad es que ha habido poca transparencia, no se han planteado comisiones. Los plenos han sido un reproche continuo por lo que unos hicieron u otros dejaron de hacer, sin aprobar ningún programa de empleo para la provincia.Sólo los planes Reactiva se han notado un poco más.