Provincia de Cádiz

Lecciones para luchar contra los peligros que esconde internet

  • Expertos de diferentes ámbitos debaten sobre cómo plantarle cara al acoso informático que puede acabar en tragedia También hay violencia de género en las redes sociales

Internet es un mundo lleno de posibilidades... y de peligros. Un arma nueva que gente sin escrúpulos utiliza para hacer daño, para acosar, para amenazar, para contactar con menores. Con el fin de preparar a la sociedad ante las nuevas amenazas tecnológicas, la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía acogió durante todo el día de ayer unas jornadas dedicadas al ciberacoso, e n las que participaron especialistas de diferentes ámbitos.

La directora general de Violencia de Género de la Junta, Encarnación Aguilar, junto al delegado provincial de la Junta, Fernando López Gil, fueron los encargados de inaugurarlas y dar paso a las ponencias. Una de las más interesantes se denominó El ciberacoso en la adolescencia. Moderada por Pedro Gosálvez Olmo, fiscal coordinador de Menores en la Fiscalía Provincial de Cádiz, contó con la presencia de Lorena Montero Pujante, fiscal delegada de Violencia sobre la Mujer en la Fiscalía Provincial de Cádiz; y Carlos Durante Pascual, inspector jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría Provincial de Cádiz de la Policía Nacional.

Lorena Montero fue la primera en tomar la palabra para decir que internet es un arma de doble filo y que se ha convertido "en un vehículo excelente para llevar a cabo violencia contra las mujeres, a las que también les afecta su relación con el resto de la sociedad". Y advirtió: "Cuanto más descendemos en la edad de la víctima, mayor es el daño", dijo.

Entre los datos estadísticos que maneja, destaca que el 95% de la población juvenil reconoce conectarse diariamente a internet, mientras que el 83% afirma usar alguna red social. "Cada vez es más corriente la violencia tanto dentro de la convivencia como fuera de ella".

Advirtió que algunos actos de los acosadores, como pedir las claves de sus cuentas de correo, o revisar sus conversaciones de whatsapp son justificados por las propias víctimas, "que los ven como un acto de amor". Sin embargo estas personas lo que están haciendo es utilizar las tecnologías para asumir el control de sus parejas o ex parejas, porque exigen saber qué hacen en cada momento. Ese consentimiento que se da en un momento determinado para tomar una foto íntima por ejemplo, desaparece cuando se rompe la relación, y ahí es cuando aparece el ciberacoso o el llamado sexting, en la que se utilizan imágenes de contenido sexual para chantajear a las víctimas, fotos y vídeos que a veces son compartidos con otras personas. "La mayoría de denuncias incluyen envíos constantes de mensajes. Personas que no aceptan que se ha acabado una relación y que envían 40 ó 50 mensajes diarios pidiendo volver. Eso es acoso, y es un delito de coacciones", dice la fiscal. Pero no suelen quedarse ahí. Luego llegan las amenazas, los insultos, enviar fotos a familiares y conocidos, dañar la intimidad y conseguir, en resumen, que la víctima tenga que mantener una vinculación casi eterna con su agresor.

Advirtió que incluso hay webs especializadas en vilipendiar a ex parejas. "A esto es lo que nos enfrentamos en el Juzgado de Violencia de Género". Porque el daño que hace todo lo que queda en la red puede ser muy grande.

En el año 2013, la Secretaría de Estado de Igualdad creó el programa Libres, una aplicación que se puede descargar y que puede venir muy bien para ayudar a salir de una situación de violencia de género.

La justicia se está encontrando que ahora hay procesos de divorcios donde las parejas utilizan conversaciones privadas de whatsapp para atacarse. "El Tribunal Supremo está valorando si se deben admitir esas conversaciones privadas una vez que son sacadas fuera de contexto", dijo Lorena Montero.

Por su parte el inspector de la Policía Nacional, Carlos Durante, reconoció que es habitual que se denuncie que han colocado el número de una ex pareja en una página de anuncio de contactos.

Además de recordar algunas operaciones contra el acoso a menores, tales como la Operación Camaleón (donde un chico de Chipiona contactó con 300 menores en toda España), la Daikiri (un acusado de Puerto Real que contactó con chicos de Europa del Este a los que extorsionaba, hasta el punto de que uno de ellos acabó suicidándose) o el famoso vídeo de una chica realizando actos sexuales con otros chicos a las afueras de un instituto de la capital gaditana. Durante recordó que se empieza por enviar una fotito "que puede ser una cosa nimia pero al final las exigencias aumentan y hacen que se convierta en un drama".

Aconsejó que los padres de los menores tienen que estar muy pendientes de su actividad por internet, conocer a sus amigos, crearles ellos las cuentas en las redes sociales cuando puedan tenerlas, conocer sus claves, "para que sus hijos sepan que no lo va a mirar todos los días, pero que en un momento determinado lo puede mirar".

También advirtió el inspector del peligro de las informaciones virales que se propagan sin rigor. "Parece que cuanto más disparatado es el asunto más rápido compartimos. Hay que pararse a pensar que si esa información fuera real estaría ya en todos los medios".

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