Provincia de Cádiz

Ni topónimo, ni calle, ni título honorario

  • El Ayuntamiento de Barbate inicia los trámites para retirar a Franco el título de alcalde honorario y perpetuo de 1971 La ciudad ya cambió su apellido y el nombre de muchas vías

Sigue la limpieza. Primero fue el topónimo 'de Franco' con el que durante casi décadas fue conocida esta localidad; después vino el cambio de nombre de muchas calles de la población -entre ellas la céntrica avenida del Generalísimo- y ahora le toca el turno al título de alcalde honorario y perpetuo. Barbate sigue empeñada en que no quede ni un solo vestigio de Francisco Franco en sus rincones.

Este penúltimo paso -aún quedaría por retirar un escudo en recuerdo del dictador que preside la entrada al Ayuntamiento- se ha llevado a cabo con la apertura el pasado 24 de enero de un expediente por parte del Consistorio barbateño. El proceso se presume que será fácil: a partir de hoy este expediente estará 10 días expuesto a información pública y luego se abrirá un plazo de alegaciones de 20 días. Cuando el expediente esté ultimado, la retirada del título de alcalde honorario y perpetuo a Francisco Franco deberá ser aprobado por el pleno municipal, ya que fue este mismo órgano el que lo aprobó en 1971.

El alcalde de Barbate, Rafael Quirós (PSOE), reconoce que en este municipio "hay 1.200 problemas más importantes" que el mantenimiento o no del título honorífico del que aún hoy disfruta el dictador. No obstante, apostilla que esta medida impulsada por el Ayuntamiento que preside, y que ayer fue recogida en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), se va a llevar a cabo en virtud de la Ley de Memoria Histórica por el que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron la repercusión o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura. Precisamente, fue la Dirección General de Memoria Histórica de la Junta la que meses atrás advertía al Ayuntamiento de que este título honorario a Franco aún se mantenía vigente.

Los vínculos entre Franco y Barbate se remontan a hace casi tres cuartos de siglo. El 11 de marzo de 1938, en plena Guerra Civil, la localidad barbateña veía cumplido su sueño de ser independiente. El Gobierno nacional presidido por Franco aceptaba las pretensiones de esta población de segregarse de Vejer. El agradecimiento fue tal que la población barbateña aprobaba en 1940 que el municipio pasara a denominarse Barbate de Franco, un apellido que se mantuvo en vigor durante casi medio siglo.

Pasó la dictadura, llegó la democracia y mientras que en varios puntos de España empezaba a enterrarse cualquier vestigio del franquismo, en Barbate se resistían a ello. Ni siquiera los sucesivos gobiernos municipales del PSOE se atrevían a romper los lazos históricos que el pueblo mantenía con el dictador. Y esta situación se mantuvo durante más de dos décadas de democracia, hasta 1998. Aquel año, el último gobierno local que presidía Serafín Núñez -entonces era un alcalde independiente tras desvincularse del PSOE- aprobaba el cambio de nombre del municipio, que eliminaba el topónimo 'de Franco' y pasaba a denominarse Barbate a secas. Precisamente, el actual regidor denunciaba ayer que administraciones públicas como la Agencia Tributaria y numerosas empresas privadas aún remiten sus escritos y documentos al Ayuntamiento con su antigua denominación, pese a que fue eliminada hace la friolera de 16 años.

Tras dejar atrás el apellido, Barbate esperó una década para continuar su particular limpieza histórica. Así, en 2008, siendo ya alcalde Rafael Quirós, esta población mandó al baúl de los recuerdos la denominación de más de una treintena de calles céntricas vinculadas al franquismo. De esta manera la avenida del Generalísimo pasó a llamarse avenida del Mar, y la de José Antonio pasó a estar dedicada al Río Barbate.

El nuevo paso que se da ahora permitirá a Barbate soltar otra losa del franquismo y quedarse con la Virgen del Carmen como su única alcaldesa perpetua.

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