Provincia de Cádiz

El juez envía a prisión al director de los salesianos

  • Javier López Luna ingresó de madrugada en el penal de Puerto 2 tras declarar durante cerca de cinco horas Varios de los niños que denunciaron prestaron testimonio en el juzgado

El todavía director del colegio Salesianos de Cádiz, Francisco Javier López Luna, durmió anoche en una celda de ingresos de Puerto 2 después de prestar declaración ante el juez durante cerca de cinco horas. El instructor del caso, Miguel Ángel López Marchena, decretó sobre la medianoche la prisión preventiva del sacerdote de la congregación, que salió de los juzgados sin esposas y acompañado de dos agentes de policía. Más de cien personas (la mayoría de ellos alumnos del centro) le esperaban en las puertas de los juzgados, dándole ánimos y con pancartas de "Javi inocente". El acusado saludó a quienes durante toda la jornada habían estado en ese lugar apoyándole, levantó las manos, lanzó besos y se metió en el zeta, que le esperaba para llevarle a comisaría a recoger sus pertenencias, con el rostro emocionado. Poco después, la Guardia Civil le recogería de comisaría para trasladarle al centro penitenciario.

Para los presentes, la decisión del juez había sido decepcionante y mostraron su tristeza porque durante toda la tarde habían circulado rumores que afirmaban que, con o sin cargos, el sacerdote saldría en libertad tras su paso por el juzgado. La decisión de prisión cayó como un jarro de agua fría para los que consiguieron enterarse, ya que otros pensaron que su salida sin esposas significaba la libertad.

Anoche se desconocían los cargos que el juez le imputaba, ya que el abogado del director, Jesús Muñoz, no realizó declaraciones y salió apresarudamente de los juzgados de San José poco antes de que sacaran a su patrocinado. La instrucción continuará el próximo lunes con la toma de declaraciones del resto de los alumnos que figuran en el atestado policial.

El juez había arrancado la jornada escuchando los testimonios de los alumnos que habían admitido la existencia de golpes y, en algunos casos, tocamientos en el despacho del director. También aceptó el testimonio voluntario de un chaval que había pasado por el despacho y que no había denunciado al director, cuya intención era hablar en su favor. Los interrogatorios fueron largos y durante la mañana sólo se escucharon las declaraciones de cuatro de los niños que formaban parte de esos 44 que la policía ha detectado que eran asiduos de los 'juegos' de López Luna.

Las preguntas se centraron no en las valoraciones o impresiones de los chicos sobre lo que allí se hacía, sino en los hechos, lo que aturdió a algunos de los muchachos, que ya habían salido preocupados tras las declaraciones en comisaría 48 horas antes.

Las declaraciones en comisaría se realizaron ante policías con titulación en psicología, que extrajeron un relato de los hechos despojado de valoraciones. Las conclusiones de ese atestado, por la coincidencia de los primeros catorce niños que prestaron testimonio, es que era indudable que uno de los 'juegos' de ese despacho tenía componentes violentos y agresivos, aunque estuvieran disfrazados de bromas.

Existe más confusión acerca de en qué consistieron los tocamientos, que algunos chavales negaron o simplemente dijeron no conocer, mientras que otros describieron como dentro de otros tipos de juego. En cualquier caso, estos juegos, en el caso de que se probara que existieran, tenían un alto componente de virilidad mal entendida.

Aunque desde fuentes cercanas a la congregación se ha tratado de reducir el alcance del escándalo afirmando que, en realidad, sólo existía una denuncia, fuentes policiales aclararon ayer que lo que existe es un solo atestado en el que ya figuran dieciséis declaraciones en las que se relatan agresiones -cariñosas o no, consentidas o no, pero agresiones- que se han venido produciendo durante el curso dentro del centro.

En la delegación de Educación, a día de ayer, no constaba ninguna solicitud de cambio de centro. Los alumnos que han denunciado al director siguen estando matriculados, por tanto, en los salesianos.

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