La familia real ha desembarcado en Mallorca, y no nos referimos a la catarí, que también pero hace ya unos días, sino a la nuestra, a la española. Y lo ha hecho con el espíritu festivo en el cuerpo y ganas de reencontrarse, aunque de esto último no hay certeza. Lo cierto es que hace mucho, quizá demasiado, que no coinciden tantos miembros de la familia del Rey en la isla, ni siquiera han compartido espacio y lugar desde hace meses. Y en esta ocasión el nexo de unión no ha sido el habitual, la reina Sofía, sino doña Pilar de Borbón, que se ha empeñado en que la fiesta de su 80 cumpleaños -los celebra hoy- sea por todo lo alto y que no falte en la misma nadie (o casi nadie) de los importantes.

La infanta, que desde hoy es octogenaria, ha supervisado todos los preparativos de la reunión, que no quería ser demasiado pretenciosa pero es que lo mediático va por su propia senda. Así, ya en Mallorca, se le ha visto esta semana haciendo las compras de la cena con la que agasajará a sus invitados en el Mercat de Santa Catalina, donde encargó la carne y el pescado en sus tiendas de confianza. Está feliz y no es para menos; hoy reunirá en su casa de la Urbanización Sol de la isla a sus hijos, nueras y nietos, a su querido hermano, el rey emérito don Juan Carlos, a su cuñada Sofía y a sus sobrinos, el Rey Felipe, que acudirá con doña Letizia, y Elena.

A pesar del hermetismo todo apunta a que la Reina ya estaría en Palma con sus hijas, donde pasará unos días y se reunirá con su marido, aunque el paso de éste por Baleares será fugaz ya que tiene muchos asuntos que cerrar en Madrid pendiente de la situación política. También podría andar ya por Marivent la infanta Elena con sus hijos, Felipe y Victoria, acompañando a la reina Sofía, instalada en la residencia veraniega de la familia Borbón y Grecia desde mediados de mes. No es la primera vez que doña Pilar consigue reunir a sus seres más queridos en torno su pastel de cumpleaños, hace diez años organizó una fiesta similar y con prácticamente los mismos invitados (en dos lustros evidentemente ha habido bajas e incorporaciones), aunque entonces se llevó a cabo en el restaurante Puerto Portals.

Han pasado ya unos años desde que desaparecieron los veranos en Marivent, fotos de familia incluida. Una imagen que podría repetirse esta noche, aunque con ausencias, claro, como la de Cristina de Borbón, su marido Iñaki y toda su prole, con los que apenas hay trato físico desde que viven en Ginebra. Cuando la polémica empezó a salpicar a la familia que los reyes Juan Carlos y Sofía crearon las vacaciones estivales de la Familia Real española empezaron a desvanecerse. Los veranos típicos se hicieron atípicos, y viceversa, ya que lo atípico hoy por hoy es lo de esta noche, verlos reunidos. Y, sobre todo, que lo hagan sonriendo y felices, pero todo sea por doña Pilar, que parece empeñada en no renunciar a que su familia, además de real, esté unida y sea de verdad.