LAS entradas salieron a la venta por internet. A las diez de la mañana se abría la taquilla virtual. Un cuarto de hora antes estaba delante de la pantalla, no fuese a pasar que me quedara sin ninguna. Quizá precavida por el recuerdo de cuando fuimos al Fnac de Marbella, hace ya años, para adquirir las entradas del concierto de U2 en Barcelona. Una cola interminable y a los diez minutos de iniciarse la venta, se colapsó el ordenador y ya todas las entradas de la zona del césped habían sido vendidas. Por cierto, en el Camp Nou no recuerdo haber visto ninguna bandera estelada ni se creó un ambiente de rivalidades; allí, lo único que percibí fue un interés común por escuchar buena música.

Lo reconozco, nunca antes había usado esta vía, soy más tradicional y algo desconfiada para darle mi número de cuenta a un desconocido al que no veo. Aunque pensé, si lo he hecho en más de una ocasión con la compañía de teléfono cuando he retrasado el pago de alguna factura, por qué no hacerlo para un prestigioso evento como es el Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Si hubiese estado allí, no dudes que me hubiese desplazado hasta la cola que siempre he hecho, pero me pillaba lejos y tuve que optar por este mecanismo.

Cuando a las diez en punto se abrió la opción a compra, delante del ordenador descubrí que la música clásica no es para tantos y cuando desplegué el mapita del aforo pude comprobar que localidades había de sobra. Ya puesta, elegí la fila y el asiento, no al azar sino escogiendo un número simbólico y bien situado. Cuando inicié el proceso de adquirirla, justo en ese momento, en no sé qué parte del país o del planeta, alguien eligió la misma opción que yo, adjudicándoselo por muy pocos segundos. No me quedó más remedio que elegir justo el de al lado.

Tan abrumador es el mundo con su peso que no resulta complicado tender al escapismo, así que me puse a imaginar cómo sería es@ acompañante que tendré justo a mi izquierda y que en la distancia coincidimos en un momento exacto, de dónde vendrá, qué nos tendrá el destino deparado…

El viernes 24 de junio, con la Filarmónica de la BBC de Manchester iluminando la noche granadina, saldré de dudas y, conociéndome como me conozco, seguro le contaré lo que hoy aquí a ti te he contado.