La esfera armilar

Alberto Pérez De Vargas

Del éxodo a la marcha triunfal

EL pasado jueves, el pleno de la Corporación sanroqueña acordó -¡por unanimidad!- (Expte. 445/2016) la supresión de la denominación Avenida de Castiella y su sustitución por Avenida de Carlos Pacheco. La decisión corporativa no puede ser más representativa de los tiempos que corren. Seguramente los bravos regidores están sugiriendo que la ciudad de Gibraltar ya no reside en San Roque sino que forma parte del engranaje de la colonia. Tanto es así que empieza a correr el rumor, que yo creo infundado, de que en septiembre, centenario del nacimiento del gran imaginero Ortega Bru, el alcalde anunciará que El Éxodo se denominará en adelante La Marcha Triunfal para no molestar a los yanitos.

Hubo otros acuerdos que merecerían un ensayo pormenorizado, pero puestos a elegir baste con el escogido, que se me antoja el más significativo de cuantos conciernen a la aplicación de la ley 52/2007 de 26 de diciembre -conocida por su apelativo oficial Ley de la Memoria Histórica- que en su Art. 15 dice, entre otras cosas, lo siguiente: "Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".

Entiende pues la Corporación sanroqueña que aludir a Fernando María Castiella, embajador de España y catedrático de Derecho Internacional (Público y Privado), uno de los más ilustres juristas y diplomáticos españoles, que defendió brillantemente los intereses españoles en su reivindicación de la soberanía sobre el territorio colonial, es una de esas cosas a las que se refiere la ley que ideada por el gobierno Zapatero, en pleno éxtasis revisionista, fue escrupulosamente respetada por el de Rajoy a lo largo de su omnipresencia absoluta de los últimos años.

La Corporación debiera haber rematado el acuerdo procediendo a la castración figurada del león de Cuatro Vientos, por cuanto supondría una actualización fiel de lo que hoy representa. Y cambiando los rótulos de las otras calles que allí confluyen; pues qué menos, después de recordar a un brillante historietista, que mencionar en el mismo ambiente urbano a personajes del cómic español tan entrañables como Carpanta, Roberto Alcázar y Pedrín, El repórter Tribulete o El Guerrero del Antifaz.

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