Editorial: Una condena que cierra un ciclo

Para evitar los agravios comparativos, la Justicia haría bien en unificar su criterio para que los plazos sean iguales para todos

LA Sección Octava de la Audiencia Provincial, tras rechazar un nuevo recurso, ordenó el pasado jueves el ingreso inmediato en prisión de PedroPacheco y ayer por la mañana un furgón de la Guardia Civil lo condujo  desde la comisaría hasta la cárcel de Puerto 3 a cumplir una dura condena. Sin duda, la escena supuso un triste final para la carrera de un político que lo ha sido todo en la ciudad, pero que a la vez ha sido víctima del exceso de confianza y de su propia manera de ser. Cuesta creer que quien ha estado al frente del Ayuntamiento 24 largos años ponga fin a un ciclo en esta ciudad de manera tan amarga, pero la sentencia era inapelable. De haber entrado por su propio pie con anterioridad, el ex alcalde habría podido elegir el centro penitenciario para cumplir su condena y habría impedido que la Policía Nacional lo detuviese en su casa cuando se disponía a desayunar con unos amigos. Pero dada la estrategia de su defensa —sobre todo a la vista de otros casos paralelos en los que los condenados en firme han permanecido más tiempo en libertad— Pacheco confiaba no tanto en esquivar su destino como en dilatar su entrada en prisión, al menos, unas pocas semanas más, a la espera de agotar su recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y su solicitud de indulto. Finalmente, la Audiencia Provincial desestimó el jueves su solicitud de suspensión y sentenció su suerte, apenas un mes después de que el Supremo confirmara y elevara la pena de la Audiencia. Ante este nuevo revés judicial, a Pacheco le quedaba un recurso de súplica, aunque sin efectos suspensivos, por lo que ya cumple condena en Puerto 3. Sus allegados, más allá de si la pena de 5 años y medio de prisión por la contratación irregular de dos compañeros de partido pudiera parecer un castigo excesivo para el ex alcalde jerezano, han criticado el agravio comparativo con otros condenados que lograron retrasar su entrada en la cárcel durante más tiempo. Y en este contexto en el que a diario afloran casos de corrupción, la Justicia haría bien en unificar su criterio en estos casos para que los plazos sean iguales para todos y evitar la suspicacia. Lo cierto es que Pacheco, que no supo retirarse a tiempo, ya estaba sentenciado y su tiempo dedicado a la política ha terminado de la peor de las maneras posible. Ni siquiera sus adversarios podían imaginar que el que llegó a ser el alcalde más popular de España pudiera acabar así su carrera por dos casos de enchufismo y malversación.Pero como está dicho, de la misma manera que con su ingreso en la cárcel se pone fin a un ciclo, la Justicia ha venido a decir en los últimos tiempos que se acabaron las bromas para quienes ejercen la función pública.  

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