Cultura

José Carlos Gómez explora su propia evolución en la guitarra con 'Origen'

  • El guitarrista algecireño presenta su último trabajo como un regreso a su pureza propia en el flamenco El periodista y escritor Juan José Téllez califica el disco de reflexivo y místico

Con la firmeza y temple de un flamenco y la paz que le desordena al compás de su arte presentó ayer el guitarrista de Algeciras José Carlos Gómez su disco de guitarra flamenca. Origen, como punto de partida de un legado que inspiró su vida, es el nombre del álbum que vio la luz ayer al cobijo de la Capilla de Europa, arropado por el periodista y escritor Juan José Téllez; su primer profesor de guitarra Florencio Ruiz Lara, Flores el Gaditano; así como el alcalde de su tierra, José Ignacio Landaluce.

Entre los asistentes no fallaron amigos y aficionados como Miguel Palomo, Antonio Martín, José de Canela, Víctor Jerez, José Luis Lara, Maite Bandera o Mónica Bellido. La edil de Cultura, Pilar Pintor, atenta al frente también quiso respaldar con su presencia esta puesta de largo del disco que llevará hasta Tokio el 2 de junio al Instituto Cervantes.

José Carlos Gómez abrazaba su guitarra bajo el altar de la capilla mientras Téllez hacía de maestro de ceremonias. "Aquí no se canta, aquí se oye fundamentalmente el toque a cuerda pelada de Gómez". El que fuera director de este diario explicaba que, en cierta medida, el guitarrista ha limado sus uñas para recordar. "Su disco Origen está hecho de memorias, de recuerdos personales y colectivos".

José Carlos Gómez reconoció sentirse "muy querido" y agradeció a todos los asistentes, entre ellos a los representantes municipales y la gente de su tierra. "Este es un disco muy esperado por mi". Recordó que toda su carrera ha sido de guitarrista y de pronto en los últimos años se puso a hacer otras cosas -como publicar dos discos como cantautor-. "Creo que a los flamencos los tenía un poco despistados". Fue un tiempo en el que intentó descubrir qué más podía sacar de él musicalmente.

Defendió que es un homenaje, por encima de todo, a las personas que le han influido de su tierra. De hecho el primer corte de Origen no es musical, sino él mismo explicando desde su primer maestro como Flores con siete años, que le tuvo que convencer para que siguiera tocando porque él quería jugar. "Era complicado, no tenía una familia donde hubiera una tradición de artistas".

Por eso el disco se convierte en un homenaje a maestros, incluyendo a Salvador Andrades, Andrés Rodríguez; así como Canela de San Roque o Antonio Madreles, dos cantaores a los que acompañó mucho cuando tenía él unos 14 años. Citó igualmente a José María Bandera, que "tiró de mi para que fuera a Madrid".

Señaló que son muchos recuerdos y ha sido emocionante engrendar este disco. "Ha sido el momento, donde se ha rodeado todo para que pudiera hacer este disco". Detalló que hacer un disco de guitarra "ha sido muy difícil, pero he tenido más ganas de tocar que nunca". Mencionó por supuesto al genio de Paco de Lucía: "Que nos dejara de alguna manera me hizo agarrarme a la guitarra y agarrándome a ella me siento cerca de él y ese vacío se aminora un poquito".

Se lanzó a tocar por seguiriyas, matizando que Origen es un disco muy flamenco donde ha querido dar un paso atrás en todo lo que se ha hecho en estos años. No hay fusiones y casi no hay acompañamientos, sólo palmas y nudillo, lo más primitivo. Puntualizó que "Paco en 50 años de carrera evolucionó lo que hubiera evolucionado el flamenco en unos cuantos siglos. Asimilarlo no nos ha dado tiempo, por eso he querido volver atrás para seguir mi propia evolución dentro de los conocimientos que tengo".

En su intervención Téllez se dedicó a reflexionar sobre Origen. Desgranó que entre las ocho piezas musicales que forman el trabajo "hay mucho de aquel niño que con siete años se echó a tocar la guitarra en compañía de Flores", arrastrando en ello ese esfuerzo y la idenficación de un ser humano con un instrumento.

"En el flamenco hay mutantes", aseveraba Téllez para explicar que los guitarristas tienen que "identificarse con esa extraña caja de madera que termina convirtiéndose en parte de su cuerpo". Aprovechando la presencia de la primera autoridad municipal expresó el periodista que en Algeciras "hay guitarristas y de los grandes", pero también apeló a la memoria colectiva y puntualizó que, a menudo, hay árboles que no dejan ver el bosque. "En Algeciras hay un árbol frondoso y eterno al que llamamos Paco de Lucía que, a veces, oscurece la tradición de la guitarra de Algeciras, que es anterior a él mismo, aunque no haya sido igual después de él mismo". En base a esa tradición recordó Téllez a personajes casi legendarios y míticos como El Niño de la botella, Jesús el Ciego o Carmela y Merche, éstas últimas mujeres guitarristas.

Dijo de Gómez que se formó teniendo en cuenta "el árbol y el bosque" y en Origen ha querido viajar al bosque. "Puede presumir de haber gozado de la complicidad de Paco y decide tomar distancia de él y hacer un disco absolutamente reflexivo, profundo y extraño". Reiteró Téllez que es un disco místico "porque está escrito por el corazón". Argumentó que Gómez prefiere "apostar por la madurez, por la reflexión y cuidar algo que es tremendamente importante en la música y lo era en el flamenco, los silencios, y este es un disco de grandes silencios", destacando como el autor se detiene en la melodía desde un doble compromiso: "El de la fuerza del joven que todavía es y la madurez del joven que empieza a dejar de ser".

En Origen está presente la sombra de su familia, sus padres, pero también la de su otra familia, la flamenca como Ramón de Algeciras, que también representa esa tradición artesanal del toque. Hay además un homenaje a Tomatito, que ha marcado su generación. Reproduce la costumbre de Paco de "cuajar de topónimos algecireños sus composiciones". Haciendo alusión con ello a La Reconquista, su barriada, que es una alegría; así como Café Piñero, una bulería por soleá; el tanquillo de la Puerta de la caridad; Paseo del mar, una rumba; Callejón del Rinconcillo, bulería; Irenea y De José y de Ana, bulerías; y A Ramón de Algeciras, soleá.

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