life

Biopic, Reino Unido, 2015, 104 min. Dirección: Anton Corbijn. Guión: Luke Davies. Fotografía: Charlotte Bruss. Intérpretes: Dane DeHaan, Robert Pattinson, Alessandra Mastronardi, Joel Edgerton, Ben Kingsley. Cines: Bahía de Cádiz.

Parece evidente que Corbijn, quien fuera fotógrafo de estrellas del pop antes que cineasta (Control, El americano, El hombre más buscado), se proyecta en el protagonista de esta cinta, el también fotógrafo Dennis Stock, famoso por la serie de retratos de un joven James Dean en su cotidianidad e intimidad familiar en 1955, poco antes de convertirse en un mito acelerado por la tragedia.

Life se suma a los fastos que celebran los 60 años de la muerte de James Dean con las hechuras del biopic arty centrado en los días del ascenso del joven actor, figura atormentada y profunda sobre la que recae aquí una mirada generacional y teleológica, a la cima de una fama apuntalada por tres títulos rodados en año y medio: Al Este del Edén, Rebelde sin causa y Gigante.

Corbijn hace desfilar por su película a (las parodias de) Elia Kazan, Nicholas Ray, Jack Warner o Pier Angelli para que el espectador pueda reconocer los trazos de la historia en su salsa ambiental de época, aunque su plomizo retrato dual se centra en la relación entre Dean y Stock, que recrea (hasta la exasperación) en ese tono desencantado y melancólico de dos tipos empeñados en reivindicar su libertad, su autonomía y su arte (el interpretativo, el fotográfico) por encima de los condicionantes y moldes (cinematográficos, editoriales) de la época que les tocó vivir.

La composición imitativa de Dean de Dane DeHaan se nos antoja excesiva en la insistencia en su vertiente depresiva, inconformista y autoconsciente, llegando a rozar la parodia del rebelde sin causa. Corbijn se empeña en subrayar una y otra vez la dimensión psicoanalítica del personaje que encaja con las lecturas a posteriori de su relevancia generacional en un periodo de cambios en la sociedad norteamericana. De igual forma, el Stock de Robert Pattinson también parece una idealización romántica del fotógrafo atribulado con una visión (de futuro) que ya sabía que sus fotos pasarían al imaginario popular.