Cómics

200 días de vida

  • 'El escultor' ofrece el trabajo de un maestro del 'storytelling' y la composición de página: no hay plano que se le resista a Scott McCloud.

El escultor. Scott McCloud. Planeta Cómic. 496 páginas. 35 euros.

El escultor es la nueva novela gráfica de Scott McCloud (Boston, 1960), el célebre autor de Zot! y la trilogía de ensayos sobre historieta Entender el cómic, Reinventar el cómic y Hacer cómics. McCloud se ha pasado las últimas dos décadas capitalizando estos tres últimos títulos, dando clases y conferencias sobre un arte que conoce como la palma de su mano. Dado su peso e influencia en el ámbito teórico, no resulta extraño que la edición de El escultor haya sido recibida como un auténtico acontecimiento, y lo cierto es que se le echaba de menos en el terreno de la ficción. Lo realmente extraño es que la bibliografía de McCloud sea tan escasa después de tres décadas de trabajo. Supongo que a ello contribuye la meticulosidad y exigencia del autor, así como la enorme conciencia que posee del medio. Si la página en blanco ya intimida de por sí, semejante bagaje paraliza a cualquiera. Quizá El escultor le haya servido de catarsis.

El libro es grueso, tiene casi quinientas páginas impresas en un formato pequeño y atractivo, y trata temas, digamos, importantes: el amor, la muerte, el arte, el sentido de la vida. El joven protagonista, David Smith, se halla al borde de abandonar aquello que más quiere, la escultura, pues se ha quedado sin dinero y recursos en la gran ciudad. Habiendo buscado en vano el triunfo, ahora duda incluso de su talento. Es entonces cuando recibe un don inesperado, la capacidad de moldear con sus propias manos cualquier superficie, la posibilidad de materializar al instante todos sus sueños creativos. Pero claro, la cosa no le sale gratis. Tan alucinante poder le es concedido por la mismísima muerte, encarnada en un familiar, y tiene fecha de caducidad: 200 días. Pasado ese tiempo, David Smith morirá. El artista acepta el trato, cual moderno Fausto, y la trama se complica cuando el joven cae perdidamente enamorado de una desconocida. ¿Es el arte más importante que el amor? ¿Merece la pena renunciar a la vida por la supuesta posteridad?

Desde el punto de vista formal, El escultor nos ofrece el trabajo de un maestro del storytelling y la composición de página. No hay plano que se le resista. La historia se bebe desde la primera página a la última, repleta como está de recursos narrativos que atrapan la mirada del lector. McCloud ha perfeccionado además su trazo, y los dibujos son cautivadores. También la caracterización y la creación de personajes resulta notable en El escultor, su elenco es entrañable. Todo en el libro parece sencillo, y esa es una de las mayores virtudes del historietista. Cierto es que la historia de amor tiene un toque inmaduro que despierta alguna que otra sonrisa, pero esto no es nada nuevo en el autor de Zot! Con todo, hay una mayor desesperación, más nervio, en su nueva novela gráfica de lo que había mostrado hasta ahora, y su consabida costumbre a dárselas de listo se ve atemperada por las propias dudas expuestas en el argumento. En resumen, un tebeo visualmente delicioso y literariamente atractivo que devuelve a su autor a primera fila.

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