La danza y el flamenco sellaron ayer sus pasos sobre las tablas del teatro Florida de Algeciras. Con motivo del Día Internacional de l Danza la escuela municipal de la ciudad José María Sánchez-Verdú ofreció un gran espectáculo dirigido por las profesoras y coreógrafas Mercedes Alcalá y Judith de la Rosa.

El patio de butacas recibió una gran entrada de público, especialmente de familiares y amigos de las alumnas, que estuvieron arropando en todo momento al alumnado, que además demostraba ayer sus conocimientos sobre las tablas del teatro municipal. En concreto se trata de personas que se forman en la escuela municipal que tienen desde los 7 hasta los más de 70 años, con la misma ilusión y espíritu de creación. Algunas de estas alumnas llevan prácticamente entre 18 y 19 años dejándose impregnar por el baile que se imparte en estas aulas, el mismo tiempo que lleva en marcha la escuela, tal y como explicó Alcalá a este diario.

En concreto el espectáculo previsto tenía una duración de alrededor de hora y media, estando programado un total de nueve grupos de baile entre flamenco y danza. Tras la lectura de un manifiesto se procedió a comenzar el espectáculo. Los números constaban desde los 3 minutos el más corto a 8 minutos, con lo cual pretendía ser un baño de baile para los sentidos, sólo retrasado en pequeñas dosis por las habituales transiciones de un montaje a otro preparado.

Los vestuarios estaban propuestos por el propio alumnado. Alcalá reconoció que con este acto se pretende reivindicar la danza, la importancia que tiene y el seguimiento a su vez en el mundo, ya que aunque anoche sólo se veía al alumnado de la escuela municipal, en Algeciras existen varias escuelas privadas de danza reconocidas.

Las coreografías presentadas han sido trabajadas en los últimos meses, lo cual se programa por parte de la escuela tanto para conmemorar el día internacional como para la muestra de fin mde curso. En el apartado flamenco se propuso sobre el escenario desde fandangos de Huelva a rumba, alegrías o sevillanas. Como es habitual, las más pequeñas pintaron las sonrisas, que iban con montajes de Judith de la Rosa, que propuso desde ballet a bailes que se integran en el puro estilo del folklore.