Desde los 12 años la algecireña Noelia Sabarea lleva enseñando a bailar, un arte que también ha sabido exportar a los escenarios de la mano de su propia compañía, que dio sus primeros pasos hace siete años y con espectáculos como el que actualmente abandera, el llamado Filigranas. Lo estrenó hace unos meses en el teatro Juan Luis Galiardo de San Roque y ya prevé llevarlo a Polonia en julio, aunque ya tiene cerrada una gira de teatros por Reino Unido en noviembre y una actuación el 8 de octubre en el Palacio de Exposiciones y Congresos de La Línea.

Filigranas pone sobre el escenario a siete personas: en el baile Noelia Sabarea y Juan El Mistela; al cante se sitúa Antonio Carrasco y Kiko Ramos; con el manejo de la guitarra está Antonio Peralta El Kuko; al violoncello y la flauta, Antonio Manuel Molina; y en la percusión Antonio El Shuster. Las coreografías están diseñadas por los dos bailaores.

El espectáculo Filigranas persigue un objetivo fundamental que es arrancar la emoción y sensibilidad entre el público. El tema del maltrato a la mujer se presenta sobre las tablas de esta representación teatral-flamenca, además hace un guiño en el tiempo a la dificultad añadida que antaño ensombrecía la proyección de los artistas, porque no contaban con el apoyo de la familia.

Sabarea acerca el ciclo de la vida humana con sus luces y sus sombras a través de Filigranas. La algecireña toma el papel femenino desde su niñez hasta la madurez encarnando a Luna. "Está centrado en la historia de una mujer que quiere ser bailaora, artista, y siempre su padre se lo niega", explica Sabarea. Una etapa del espectáculo gira en torno a las vivencias con su progenitor -interpretado por Antonio Carrasco- y, posteriormente, recoge un círculo vital que con el matrimonio le conduce a sufrir maltrato por parte de su marido -cuyo papel realiza El Mistela-. "Está contado a través del baile y la interpretación", detalla Sabarea de Filigranas, que aglutina los diferentes palos del flamenco: tangos, garrotín, farruca, guajiras, alegrías, caña y soleá.

Durante tres meses han trabajado para el montaje del espectáculo, que contaba con la ventaja de emanar de una compañía que se entiende a la perfección porque llevan años trabajando juntos. Además, el Filigranas actual viene de otro anterior, con lo cual ahora "hemos embellecido el espectáculo, antes estaba más salvaje", reconoce Sabarea. Si bien, recorrieron diferentes países, el mismo camino que tomará esta edición. El escenario representa dos partes, a medio camino entre una calle y una casa.

La puesta de largo en San Roque fue una noche de ensueño para Noelia Sabarea. "Me transmitió tanta emoción el público, la gente lloraba con el espectáculo, el teléfono se me caía de tantos mensajes que me dejaron, y por internet igual. Pensé 'madre mía', no esperaba tanta aceptación. La parte teatral gusta mucho, nunca he hecho teatro y estaba expectante a ver cómo reaccionaban, pero fue muy bien".

Sabarea ha recorrido medio mundo dando muestras de su arte, desde Japón a Francia pasando por Noruega, Nueva York o Italia, e incluso en Marruecos, "el flamenco no tiene fronteras" reconoce. Y por eso mismo en su propia academia de baile, que se ubica en la barriada de La Granja, realiza cursos a nivel internacional acogiendo a alumnado de otros países, de hecho en julio abrirá fronteras dando clases en una concentración que siempre celebra en Algeciras.