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El EI emplea como escudos humanos a familias de la periferia de Mosul

  • Naciones Unidas denuncia que más de 500 han sido trasladadas desde dos áreas cercanas Un ataque yihadista contra la ciudad iraquí de Kirkuk causa al menos 39 muertos

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) está obligando a residentes de la periferia de Mosul a trasladarse a esta ciudad para utilizarlos como escudos humanos, frente al avance de las fuerzas gubernamentales iraquíes que tratan de recuperar el control de la urbe, denunció ayer la ONU.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU indicó que ha verificado informaciones relacionadas con el traslado de más de 500 familias desde dos áreas periféricas, forzadas por los yihadistas.

"Hemos confirmado a través de distintas fuentes que el Estado Islámico está obligando a la gente a abandonar sus hogares para ir a Mosul", señaló la portavoz Ravina Shamdasani. Una vez allí, los civiles son ubicados "cerca de las oficinas del EI y de los lugares donde operan para que les sirvan como escudos humanos", mientras a los que están en la ciudad se les impide salir de ella, agregó.

La entidad urgió a las autoridades iraquíes a situar la protección de los civiles como una prioridad de su plan militar para recuperar el control de Mosul.

La ONU recomendó que el procedimiento para verificar las identidades de los civiles que consiguen salir de Mosul, para evitar que entre ellos se filtren miembros del EI, esté exclusivamente en manos de entidades competentes, como militares y policías.

Además, se recibieron denuncias sobre la detención de menores de edad, a partir de los 15 años, porque se teme que puedan haber sido adoctrinados por el grupo terrorista y sean capaces de perpetrar algún atentado. La ONU exigió a las autoridades iraquíes que "se les trate como niños y no como combatientes".

Shamdasani dijo también que han recibido información sobre la reciente ejecución de 40 personas a manos de milicianos de EI, pero no hay detalles sobre la identidad de las víctimas o las causas por las que habrían sido asesinados.

En este contexto, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) informó que el número de desplazados de Mosul todavía es limitado, con 3.900 personas registradas las que abandonaron la ciudad y llegaron a distritos de Al Hamdaniya.

La ONU tiene preparados seis campamentos de desplazados para acoger a 45.000 personas y planea abrir once adicionales con una capacidad total de 120.000 desplazados.

Por otro lado, el EI mostró ayer que todavía son capaces de hacer daño, a pesar de los reveses sufridos en el campo de batalla de los alrededores de Mosul en los últimos cinco días, con un ataque inesperado contra la ciudad de Kirkuk, que ha dejado 39 muertos.

Decenas de combatientes del EI lanzaron un ataque contra el sur de Kirkuk, a unos 170 kilómetros al sureste de Mosul, y se hicieron con el control de varias comisarías de Policía, según informó el gobernador de esa localidad, Nachmeldin Karim.

Al menos 39 personas, entre ellas 17 yihadistas, murieron en el asalto, que se concentró en los barrios meridionales de Wahed Jazeirán, Domish y Midaa -en la zona sur de Kirkuk-, así como contra una planta eléctrica al oeste de Kirkuk, donde murieron 16 trabajadores.

La planta eléctrica situada en la localidad de Al Dabs está siendo construida por la empresa alemana Siemens y la iraní Sunir, que están ultimando su puesta en funcionamiento bajo el paraguas del Ministerio iraquí de Electricidad.

Tras el ataque, los extremistas colocaron francotiradores en varios edificios y se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad iraquíes y las kurdas peshmergas, que enviaron refuerzos desde las provincias del Kurdistán iraquí.

El ataque coincide con el quinto día del comienzo de la operación para liberar Mosul, que ha forzado a los yihadistas a ceder terreno, especialmente al norte y al este de la capital de la provincia de Nínive y principal feudo de los extremistas en Irak.

Los esfuerzos de las unidades antiterroristas del Ejército iraquí, que han tomado el relevo a los peshmergas en varios lugares, se concentraban ayer en la estratégica población de Bartala, a nueve kilómetros de Mosul.

Fuentes de seguridad situadas a la entrada de Bartala indicaron que todavía quedan algunos focos de resistencia en algunas partes de este pueblo, donde se encuentra la principal vía de acceso a Mosul desde el este, por la que pasa la carretera que une esta ciudad con Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.

Las primeras casas del pueblo muestran la destrucción causada por los bombardeos, al igual que muchas de las aldeas situadas en los alrededores y que han sido liberadas en los últimos días. Entre las ruinas de muchas de ellas, las fuerzas especiales iraquíes han establecido improvisados cuarteles.

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