elecciones en Argelia Los comicios parlamentarios de hoy pueden incrementar el peso de los partidos religiosos

El giro hacia el islamismo en el Magreb

  • Los cambios políticos tras la 'primavera árabe' hacen temblar a los gobiernos 'poscoloniales' del norte de África

La conocida como primavera árabe ha dado un giro radical a la monótona actividad política de los países árabes, y sobre todo a aquellos en los cuales se han vivido tiempos de cambios o transiciones más o menos violentad, especialmente en la región del Magreb.

Desde la caída de Ben Ali en Túnez los países vecinos han sufrido cambios políticos variables, según sus circunstancias. Mientras en Marruecos se vivió un clima reformista para frenar las protesta, en Libia la represión de Gobierno sobre la población finalizó con la destrucción del régimen de Muamar Gadafi.

Estos cambios en los países del Magreb han generado la particularidad de que todos han girado hacia posiciones más religiosas (islamismo) y se ha quedado al margen el carácter heterogéneo que caracterizaron a las protestas iniciadas en la ciudad tunecina de Sidi Bouzid en diciembre de 2011.

Pero estos giros políticos de mayor o menor calado han originado un cambio a la política de los regímenes del norte de África, la política poscolonial, basada en el papel preponderante jugado por los partidos que protagonizaron la descolonización de estos países de mayoría islámica.

Hoy el régimen militar argelino presidido por Abdelaziz Buteflika, de 75 años, celebra unas elecciones legislativas marcadas por el ocaso del general, el ascenso islamista generalizado en la región y los tímidos intentos de apertura de un sistema oxidado.

Buteflika trabaja por combatir elacreciente puesta en cuestión de una arquitectura estatal consagrada tras la guerra de independencia y halla sustento en unos recursos energéticos privilegiados así como la baja participación prevista. El viejo general, enfermo desde 2005 y en el poder desde 1999, volverá a presentarse a los comicios presidenciales de 2014 -el poder decisorio fundamental lo detenta el jefe del Estado-, aunque la batalla por sucederle ya se ha abierto.

El país magrebí vivió una oleada de protestas el 28 de diciembre de 2010 cuando varios argelinos se inmolaron siguiendo el ejemplo del tunecino Mohamed Bouazizi. La consecuencia fue la derogación del estado de emergencia promulgado desde hace 19 años en el país.

La ausencia de sondeos hace imposible pronosticar el resultado electoral. Todo apunta a el Frente de Liberación Nacional (FLN), la formación nacionalista protagonista a partir de 1954 del combate independentista, volverá a contar con el mayor grupo parlamentario aunque perderá apoyos. Los islamistas moderados de la Alianza Argelia Verde podrían, sin embargo, protagonizar el mayor ascenso para disputarle la victoria al partido que ha apuntalado, uno tras otro, los gobiernos argelinos desde 1962. En los últimos días, varios portavoces del régimen azuzan el miedo ante la posibilidad de una victoria islamista y, con ella, volver a las andadas de los años noventa, cuando militares laicos y grupos de inspiración religiosa batallaron en una guerra que dejó 200.000 muertos. También el Reagrupamiento Nacional Democrático del primer ministro Ouyahia tendrá buen resultado. La reciente experiencia bélica explica en parte por qué los disturbios del pasado año no acabaron explotando en una revuelta masiva como las ocurridas en los vecinos Túnez o Egipto. Con todo, Buteflika se percató de la marea sísmica de protestas que recorre el mundo árabe. La legalización de cinco formaciones islamistas moderadas, entre ellas el Frente para la Libertad y la Justicia del sheikh Abdelilá Djaballah, abiertamente crítica con el Gobierno, es la consecuencia de mayor calado de el nuevo proceso aperturista.

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