Los vecinos de la urbanización Nueva Línea, compuesta por unas 300 viviendas que alojan a otras tantas familias, sufren desde hace tiempo una ola de vandalismo que llega a poner en peligro incluso la integridad física de sus residentes. Lo más grave es que estos individuos, menores de edad, se dedican a tirar petardos a la gente, que además de un susto importante puede provocar quemaduras a los afectados.

De hecho a una vecina le tiraron un petardo que le explotó encima. Al ser el autor del lanzamiento un menor de edad la afectada habló con sus padres, pero sirvió de poco porque no pasó mucho tiempo hasta que el individuo volvió a hacer de las suyas.

El lanzamiento de petardos no es el único acto vandálico que sufren los residentes de esta zona. También han visto como este grupo de menores ha arrojado huevos en el interior de algunas viviendas. Los vecinos denuncian, además, que se meten en los portales, donde causan destrozos. Algunos viandantes aseguran que han sido apedreados al intentar disuadir a los incívicos.

Los residentes de Nueva Línea señalan que la falta de presencia policial es ya un problema endémico de la zona, al igual que el de la falta de mantenimiento. Lo que es nuevo es la presencia de estos incívicos, a los que los vecinos acusan de haber roto las cazoletas de recogidas de agua de la Plaza Alta, situada entre las calles Doñana y Almendro. El Ayuntamiento instaló hace poco unas farolas nuevas, que los vecinos llevaban años reclamando, y hace poco los vándalos han arrancado los cables, por lo que la zona vuelve a estar a oscuras.