La Línea

"Alegría, linenses, que La Línea es libre para mandarse ella sola"

  • Raúl Trujillo oficia el pregón de La Línea de Gibraltar, que hasta mañana trasladará a la ciudad a sus orígenes como villa independiente

La Línea volvió ayer a sus raíces con un brillante pregón elaborado por Protección Histórica Linense y pronunciado por Raúl Trujillo, que sirvió como preludio de una serie de actos que bajo la denominación La Línea de Gibraltar 1810-1870 llenará de actuaciones, recreaciones históricas, pasacalles y exhibiciones ecuestres en el contexto de los años en los que el municipio linense era una pedanía de San Roque.

El pregonero trasladó a los linenses que se dieron cita en la plaza Fariñas hasta el año 1869. Ataviado como un cabrero de la época, Trujillo explicó a los presentes que en San Roque había oído el rumor de que La Línea iba a convertirse en poco tiempo en una villa independiente. "Decidle al señor Lutgardo -alcalde de la época-, decidle al corregidor que ha llegado el cabrero que trae la información, que me he enterado en San Roque de una buena decisión, que va afectar a este pueblo de La Línea que quiero yo. Que corra de boca en boca la noticia que traigo yo, que se reúnan todas las clases sociales de inmediato. Que salga el señor comandante con su Estado Mayor, y al capellán llamadme para que escuche la decisión. Y escuchen todos ustedes la noticia que traigo yo", decía el cabrero, que hizo una pausa ante la irrupción de una joven vestida de época. "¡Ole las mujeres bonitas que solo se ven en el punto de La Línea! Perdonen todos ustedes por esta distracción pero no hay quien se detenga ante tanto esplendor".

El cabrero relató sus orígenes, resumiendo de esta manera, en primera persona, los comienzos como asentamiento militar de lo que acabó siendo un municipio de más de 60.000 habitantes, siempre al amparo del Peñón. El pastor recordó que su abuelo había llegado "desde la lejana tierra extremeña, con la mala suerte que un un año después acababa aquella guerra para intentar conquistar la colonia inglesa". Una vez que terminó la guerra y ya quedaban pocos militares nació el padre del cabrero. Entonces su abuelo comenzó a llevar a pastar a las vacas de un militar. Entre medias estalló otra guerra, esta vez contra las tropas napoleónicas, en la que se destruyeron los fuertes de Santa Bárbara y San Felipe, cuyos restos fueron usadas por algunos linenses.

El pregonero hizo un repaso por los orígenes del cuartel de Ballesteros, por el inicio de las relaciones comerciales con Gibraltar, que atrajo a mucha gente de fuera, y por la cantera de Sierra Carbonera gracias a la que se construyeron varios edificios. El cabrero también se refirió a la incursión que hizo el general Torrijos en 1831 desde Gibraltar con la intención de derrocar el absolutismo de Fernando VII, hecho que será recreado esta tarde en las ruinas de Santa Bárbara.

El pastor también recordó que los militares que había por entonces en La Línea se negaron a construir una plaza de toros que autorizó el Ayuntamiento de San Roque. "Hubiera sido la primera del todo el Campo de Gibraltar pero ya saben ustedes, donde aquí en La Línea diga un militar, los civiles no tenemos que decir na de na".

El brote de cólera que asoló a la población y la actuación del alcalde Lutgardo López Muñoz, que acogió a algún enfermo en su casa, también fueron recordados en el pregón, así como la construcción de la Explanada -actual plaza de la Constitución- y del edificio de la Comandancia Militar, que fue regalado por el alcalde al Gobierno de la nación, y el primer mercado que tuvo La Línea.

Al final de sus recuerdos aparece el alcalde, el señor Lutgardo, y le pregunta por las noticias que traía de San Roque. "Que si, que si, paisanos de corazón, que hace menos de un año nos unimos todos aquí alrededor, con el grito de que nosotros debemos ser dueños de nuestra decisión, porque San Roque nos tiene en abandono de casi to, pues en la plaza de Armas de aquella población le oí a un alguacil que me comentó, que dicen que el señor Serrano, regente de la nación le va a ordenar a Cádiz que nuestra población sea por fin villa Independiente. Alegría, linenses, que La Línea es libre pa mandarse ella sola".

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