La comunidad salesiana de La Línea arropó ayer a San Juan Bosco, que recorrió las calles de la ciudad en una procesión extraordinaria con motivo del bicentenario de Don Bosco, fundador de los salesianos. La procesión estuvo en duda hasta el último momento y su salida se retrasó debido a la lluvia, que caía con más intensidad a primeras horas de la mañana pero fue amainando con la llegada del mediodía. Los responsables de la Asociación de Antiguos Alumnos de los Salesianos de La Línea deliberaron durante algunos minutos y dieron el visto bueno de forma acertada.

Los linenses estuvieron con los salesianos durante prácticamente todo el recorrido, en el que el fuerte viento fue protagonista, aunque la imagen desfiló con brillantez, en algún momento protegida de la lluvia con un plástico, acompañada por representantes de la hermandad de la Entrada Triunfal y del resto de cofradías de La Línea, y con música de la banda de tambores y cornetas Santa Bárbara.

A la finalización de la procesión los salesianos disfrutaron de una convivencia en el patio del colegio Salesianos, donde hubo montaditos, pinchitos, tapas y refrescos a precios populares y distintas atracciones para los más pequeños.