La Línea

Un bautizo acaba en una trifulca con katanas, cuatro heridos y dos detenidos

  • Los hechos suceden en un local de la glorieta de Los Rosales tras ser expulsado uno de los invitados, que regresa al lugar y siembra el pánico

Comenzó como la jornada festiva que acompaña a cualquier bautizó y degeneró hasta el punto de tornarse en una reyerta que se saldó con cuatro heridos, dos detenidos y un sinfín de armas, desde katanas a puños americanos, requisadas por efectivos de la Policía Nacional adscritos a la Comisaría de La Línea, que aún no ha dado fe de su intervención. Los hechos acontecieron el pasado sábado en las inmediaciones de la rotonda de Los Rosales de La Línea y algunos de los que se vieron envueltos en los incidentes aseguran que aún no han podido conciliar el sueño con normalidad.

La parroquia de San José, en la populosa barriada de Periáñez, era escenario el pasado sábado de un bautizo con algo más de medio centenar de invitados. El acto religioso concluyó con absoluta normalidad y los presentes se dirigieron a un local cercano, junto a la glorieta de Los Rosales. Transcurrido unos minutos el padre del recién cristianado comienza -siempre según la versión aportada por testigos presidenciales- una acalorada disputa con el novio de una de sus sobrinas, ya que la conducta del individuo era reprobable. Éste acabó abandonando el recinto.

Pasado un rato el expulsado regresó al local donde se estaba llevando a cabo la celebración y lo hizo acompañado por media docena de individuos y, literalmente, sembraron el pánico. Las diferentes versiones confluyen en el hecho de que los asaltantes se atrincheraron junto a la puerta, que cerraron la misma para evitar que alguien pudiese marcharse y que apagaron las luces. A partir de ese momento las versiones son muy contradictorias, aunque todas indican que sólo se escuchaban gritos de pánico y llantos.

Alertados por los vecinos -a los que a su vez habían puesto en guardia los ruidos que procedían del local- acudieron a la zona todos los coches de patrulla de la Policía Nacional que se encontraban en ese momento prestando servicio. La inmediatez de su llegada evitó, casi con total seguridad, que se produjese una tragedia.

Después de que se registrasen momentos de enorme tensión, las fuerzas del orden consiguieron reducir a los agresores. Dos de ellos, que responden a las iniciales E.Z.C y J.Z.M. fueron puestos a disposición judicial. Los efectivos policiales identificaron a otro número cuantioso de personas.

Los agentes se incautaron de varias katanas, entre ellas una de 70 centímetros de hoja y otra de 49; varios puños americanos y armas de madera (similares a los bates de béisbol, pero de construcción artesanal).

Como consecuencia de los enfrentamientos que se habían producido, cuatro personas resultaron heridas de diversa consideración, una de ellas, con un corte profundo en la pierna. Los afectados fueron desplazados al cercano Hospital del SAS en cuyo servicio de urgencias (y a las puertas del mismo) volvieron a registrarse enfrentamientos multitudinarios, si bien sobre estos han trascendido menos datos concretos.

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