La Línea

Un joven protesta por su detención y niega dedicarse a la venta de droga

  • David Cortés pasa varias horas arrestado tras el registro de dos inmuebles de la calle Ferrol Sostiene que su reclusión es un error y no descarta denunciar a la Policía Nacional

Un joven linense, David Cortés Galán, protestó ayer ante los juzgados de la ciudad junto a varios familiares tras haber sido detenido por la Policía Nacional en la jornada del pasado jueves 16 como supuesto responsable de un delito contra la salud pública consistente en regentar un punto de venta de cocaína al menudeo en dos viviendas de la calle Ferrol. Unos hechos que Cortés, de 33 años, niega tajantemente mientras que prepara su defensa para el futuro procedimiento judicial. Así mismo, apunta a que estudia denunciar a la Policía Nacional por lo que considera una detención errónea.

Cortés relató a este diario que en la jornada del pasado jueves un grupo de agentes de la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) llevó a cabo dos registros -autorizados por el juzgado- en sendas viviendas de la calle Ferrol de La Línea pertenecientes a dos familiares suyos en busca de un supuesto punto de venta de cocaína. Según explicó, los agentes dijeron durante la práctica de esas diligencias que le buscaban.

Acto seguido, y siempre según su versión de los hechos, Cortés se personó en la comisaría de La Línea para interesarse por los motivos por los que le requerían y resultó detenido. El joven relató que permaneció en dependencias policiales hasta la jornada del viernes 17 acusado de ser el presunto cabecilla de un punto de venta de cocaína. Algo que niega tajantemente porque, sostuvo, él no reside en ninguna de esas dos viviendas y cuando se hicieron los registros -aseguró- no se localizó droga en ninguna de ellas.

Durante la mañana de ayer, Cortés y varios familiares se dirigieron hasta los juzgados de la ciudad para interesarse por el estado de la causa. Uno de sus tíos, propietario de una de las dos viviendas que fueron registradas, también defendió que en la casa no se hallaron drogas y manifestó su intención de denunciar al Cuerpo Nacional de Policía por lo que consideran una decisión y registro arbitrario. Cortés, por su parte, apuntó que le están intentando hacer cargar con unos hechos de los que no es responsable. "Me están acusando injustamente. Yo no soy un vendedor de cocaína. Lo niego", declaró.

Cortés portaba una copia de la orden judicial que autorizó el registro de las viviendas emitida por el juzgado de instrucción número 2 de La Línea. El documento lleva fecha del 15 de octubre -un día antes de los registros- y relata los seguimientos policiales realizados a Cortés desde el pasado mes de mayo para sustentar la necesidad de entrar en las viviendas en busca de posibles indicios de hechos delictivos, efectos, elementos o documentos relacionados con el delito perseguido.

El joven linense discrepa "totalmente" con su contenido, que considera falso con el fin de hacerle cargar con unos hechos que considera inverosímiles.

En cualquier caso, las dos versiones de este asunto deberán ser analizadas próximamente por los tribunales de justicia.

La autorización de los registros relata, según la versión de la Udyco como solicitante del permiso judicial, que ambas viviendas sobre las que se solicitaba la inspección policial habían sido anteriormente un punto de venta y distribución de cocaína al por menor ya desmantelado.

El documento apunta a Cortés como la persona que habría reactivado dichos puntos de venta y que "podría ser autor de un delito contra la salud pública, en su modalidad de tráfico de sustancia que causa graves daños para la salud". Para ello, la Policía Nacional desgrana varios seguimientos policiales efectuados en los últimos meses y reseña que tiene antecedentes policiales.

Las órdenes de registro relatan que los agentes, en varios seguimientos de paisano, vieron con frecuencia entrar a Cortés en las viviendas y que, acto seguido, personas conocidas por su adicción a las drogas también accedían a las mismas. El 24 de junio, relatan los agentes, en uno de los controles en la zona se aprehendieron de 0,5 gramos de cocaína a una persona que minutos antes había estado en una de las casas de la calle Ferrol. Y que ésta manifestó que Cortés (identificándolo por su apodo, no por su nombre) se la había vendido.

En otros dispositivos de vigilancia posteriores, la Policía asegura que algunas ventas se habían efectuado incluso fuera de la vivienda. Los agentes justifican la petición del registro en un total de siete aprehensiones de droga a supuestos clientes de Cortés. El joven, pendiente de ser juzgado (dijo desconocer la fecha del procedimiento), negó el contenido de este documento en el que se basa su detención y que se le buscaba incriminar a modo de ejemplo hacia los traficantes de cocaína.

Este diario contactó con el Cuerpo Nacional de Policía, entidad que negó aportar información basándose en el que el asunto está aún sub júdice -pendiente de la celebración del juicio- y en los principios de derecho a la intimidad del que gozan todas las personas que puedan resultar detenidas en el marco de sus operaciones. No obstante, desde la Policía Nacional justificaron que todas las actuaciones, registros y seguimientos policiales se basan en investigaciones previas, pruebas e indicios con el fin de sustentar una futura causa judicial.

Con todo, expusieron que en caso de que Cortés desee denunciar si considera violentado alguno de sus derechos, deberá esperar primero a la resolución del caso en los tribunales.

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