La Línea

Las casetas de juventud lamentan el exceso de celo en su control en la feria

  • Lamentan las restricciones que han tenido que soportar y critican una normativa que entienden perjudicial Las entidades populares, por el contrario, se muestran satisfechas

La feria de La Línea ha dejado división de opiniones entre los caseteros, aunque la conclusión más unánime la dieron los presidentes de las casetas catalogadas de juventud, que se ven perjudicadas con respecto a las que están catalogadas como familiares, populares o deportivas, al tener restricciones como la prohibición de servir copas en vasos de cristal o un horario de cierre muy limitado teniendo en cuenta que las casetas destinadas a los jóvenes suelen tener más actividad durante la madrugada.

Dos de las asociaciones que se quejan por este hecho son Jaleo y La Salvaora, que suelen tener bastante éxito entre los clientes más jóvenes. Jonathan Marchena, presidente de Jaleo, señala sin tapujos que éste ha sido la peor de las ocho ferias que lleva montando en la ciudad. "El Domingo Rociero estuvo bastante flojo y creo que no fue un acierto poner el día de la mujer con la festividad del Carmen", explica Marchena, que también mostró su descontento con la organización y la normativa elaborada por el Ayuntamiento para esta feria. "Creo que sobran muchas casetas y la normativa nos perjudica a muchos. Ha habido casetas populares y familiares que tenían que tener un número de sillas determinado y que podían servir en vasos de cristal que han hecho lo que les ha dado la gana; eso nos ha perjudicado".

En cuanto a la normativa y la prohibición de captar clientes mediante relaciones públicas, el presidente de Jaleo contó el hecho que le costó un apercibimiento de cierre. "Yo estaba en la puerta de la caseta saludando a gente y la Policía me multó por eso. Yo no estaba metiendo a nadie ni regalando nada. Al final reconocieron que fue un error y que me quitarían la multa, pero salió en todas partes que estábamos apercibidos".

Marchena explica que solicitó cambiar su licencia de caseta de juventud a popular, pero el Ayuntamiento no se lo concedió. "Hemos tenido mejor público que algunas casetas tradicionales, donde había chavales más jóvenes y no respetaban la cantidad de sillas y mesas que tenían que tener. Creo que no volveré a montar en La Línea", sentenció.

Otra caseta que mostró su descontento con la actual clasificación de casetas es La Salvaora. El presidente de la asociación, Joaquín García, mostró su descontento por el cierre de una jornada con el que fue sancionada su entidad por, supuestamente, servir alcohol a un menor. "El cierre nos ha condicionado mucho. Deberíamos tener un plazo para poder presentar alegaciones, pero te cierran la caseta sin poder alegar", lamenta García.

El responsable de La Salvaora denunció antes de la celebración de la feria que la prohibición de tener relaciones públicas era inconstitucional y lo sigue manteniendo. También le fueron levantadas dos actas por este hecho. "Es una norma que no existe en el resto de España y vamos a llevarla a la vía contencioso-administrativa".

En cuanto a clientela, García estima que hubo algo de más gente que en la feria del año pasado, pero lamenta los "cortísimos horarios" que tienen las casetas "para ser una feria de noche" y la clasificación de casetas. "Hay cuatro o cinco tipos de casetas y creo que eso está encaminado a beneficiar a otras entidades cercanas al concejal de Fiestas, Jesús Villalta. Hemos intentado cambiar nuestra licencia de caseta de juventud a popular pero nos dicen que tiene que haber un número determinado de cada una", explica el presidente de Jaleo.

En el polo opuesto se encuentran casetas más tradicionales, como las del Club Deportivo de Caza y Pesca o Los Aparentaos. La primera tuvo una buena asistencia prácticamente todos los días, con un buen ambiente, y sin altercados. Los Aparentaos estuvo en la misma línea y el cierre se extendió, casi a diario, al límite del horario. En ambas se notó que la crisis que había hecho mella en la Salvaora los años anteriores ante el impago de las nóminas a los trabajadores municipales va quedando atrás.

En esa misma línea se expresaron los responsables de dos casetas populares, que han contado con un ambiente joven y agradable, como Turí Turí o El Tentaero. Alfonso Herrera, presidente de Turí Turí, aunque indicó que notó menos gente que el año pasado en su caseta en particular y en la feria en general, reconoció que en cuanto a decoración, estructura del recinto y luminotecnia estuvo "muy bien". Todavía se nota que hay poco volumen económico en la ciudad y la gente aprovecha el último fin de semana de una feria tan larga para irse de la ciudad y no se queda tanta gente en La Línea. Otra cosa es que las casetas se cierran pronto, a las 5:30 entre semana cierra y a las 6:00 el fin de semana, y resulta a los jóvenes poco atractivo venir si en una discoteca pueden estar hasta las 7:00", estima Herrera, para el que la estructura de las casetas, con patios delanteros, y la distinción de la tipología de estas es buena. "La gente más mayor no tiene por qué pasar por las casetas de juventud, me parece un acierto del concejal de Fiestas".

Eso sí, el presidente de Turí Turí acortaría la feria en, al menos, un día. "No estaría mal que se quitara el último domingo y que pusieran el día de fiesta en medio de la semana, como se ha hecho en Algeciras, donde ha ido bien. Pero tampoco sé como sentaría eso aquí", indica un Herrera por la aceptación de su caseta.

Otra de las entidades que se han mostrado satisfechas con su resultado durante la feria es El Tentaero. Su presidente, Jordi Ariza, señala que este año le ha ido mejor que el año pasado. "Creo que hemos sido una de las mejores casetas de este año. Es una caseta de copeteo, no llega a ser discoteca, es de las intermedias. Además un par de jornadas funcionamos de día, algo que no suele ser su fuerte".

Ariza aplaude esta distribución del recinto ferial. "Así están las casetas más juntas y mejor distribuidas. El horario de cierre no es tan malo, aunque no estaría mal que se cerrara sobre las 7:00. También es verdad que en otras ferias te obligan a cerrar mucho más pronto", señala el presidente de El Tentaero, que no cree que el recorte de días cambiara mucho la feria. "A nosotros no nos supondría mucho más gastos, hay días más flojos que otros en nueve días", indica.

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