Momo Valle ofició un brillante pregón desde su experiencia. El hermano mayor de la hermandad del Rocío de La Línea hizo un repaso por la historia de la Velada y Fiestas, de la ciudad, y por las ferias que ha vivido desde que era pequeño, desde sus recuerdos. También recordó a los primeros linenses, los que se asentaron en "una tierra de arena" para convertirla en "la envidia de España".

El pregonero comenzó bromeando. "Sentaos que esto va para largo", dijo Momo, aunque su discurso se hizo ameno y para nada extenso. Agradeció que entrara hace un par de días el Levante. "Pensábamos que íbamos a tener una feria de Poniente, pero ha venido papá Levante al rescate", agradeció.

Momo recordó que Marta Mesa, la reina saliente, fue la número 50 desde que se instauró la coronación, allá por 1963, y tuvo mensajes de cariño para las nuevas reinas de esta feria. El pregonero también hizo referencia a La Atunara, barrio al que estaba dedicado el acto, y destacó sus costumbres y naturaleza propia como barrio marinero.

Momo recordó que La Línea no tiene patrón, "sino dos patronas, la Inmaculada Concepción y Nuestra Señora del Carmen", afirmación que arrancó los aplausos.

También tuvo tiempo el hermano mayor del Rocío para reivindicar "un premio gordo para La Línea". "Pero las administraciones no nos dejan comprar un numerito y eso me duele mucho".

El pregonero -testigo directo del nacimiento del Domingo Rociero desde el bar Vicentino, de su abuelo- recordó que la feria linense ha pasado por cinco lugares de celebración y cuatro fechas, "para no molestar a nadie", recordó anécdotas y personajes de su historia, tuvo un detalle de respeto con "los que por su condición sexual han sufrido mofas; son unos valientes", también con las madres, y mostró sus respetos a los linenses que se sienten orgullosos de serlo.