La Línea

El parque del desierto

  • El arreglo del parque de la calle Escorial, donde unos niños sufrieron una infección cutánea, se queda en la eliminación de todos los elementos, incluso árboles, y sólo se instalan unos bancos

La reforma del parque infantil que hay entre las calles Guadalupe, Escorial y Compostela, en la zona del Junquillo más cercana a la avenida de España, se ha quedado en la eliminación de todos los elementos de juego y de los árboles; en ese espacio ahora tan sólo hay un amplio llano de albero, algunos bancos y algunos pequeños árboles recién sembrados que no dan ni sombra. El Ayuntamiento decidió destinar los 55.000 euros del Plan Reactiva de la Diputación para esta zona, en la que unos niños se vieron afectados por una infección el pasado mes de septiembre, y la adecentación de los bordillos de varias rotondas del Junquillo y el resultado ha dejado mucho que desear.

La remodelación de este parque infantil trajo cola. Primero porque el Ayuntamiento tardó demasiado en actuar tras conocerse que varios niños habían sufrido una infección después de haber jugado en esa zona. El Consistorio primero acordonó la zona y luego la fumigó, pero dejó la zona acotada durante tres meses sin apenas actuar. Sólo retiró la arena, donde se sospechaba que estaba el origen de esa infección, pero la dejó allí amontonada durante todo ese tiempo.

Tras destinar los 55.000 del Plan Reactiva para una obra en ese espacio, en diciembre, la actuación se centró en la tala de los pinos que había en esa zona. Esa decisión hizo incluso que Verdemar Ecologistas en Acción pidiese la dimisión del concejal de Parques y Jardines, Ángel Villar, ya que el colectivo ecologista había sugerido a su delegación otro tipo de actuaciones, más baratas que la tala, para erradicar las bandadas de estorninos que dormían en esos árboles y cuyos excrementos creían que eran la causa de esas infecciones. También señalaba Verdemar que se perdía una de las pocas zonas verdes de la ciudad. Y no le falta razón, ya que ese parque parece ahora más un desierto que otra cosa y quedan pocos de esos pinos.

Otra polémica viene del presupuesto para esta obra, que procede del Plan Reactiva de la Diputación de Cádiz. Este plan para obras contemplaba que cada municipio de la provincia recibiría la misma cantidad, 55.000 euros. El organismo provincial destinó un presupuesto de 3,7 millones de euros, de los cuales 2,1 iban a ser, en principio, para la construcción de la nueva residencia de ancianos de la ciudad, que al final se quedó un presupuesto de 300.000 euros.

El resultado de esta actuación habla por sí sola. Antes había aparatos de juego para los niños, varios bancos y una buena sombra que daban los pinos. Ahora hay un llano de albero, un par de bancos y nada de sombra, sólo la que procede de los edificios de viviendas. Además hay restos de la obra, como algún montón de arena, y piñas que recuerdan que allí había una importante cantidad de pinos.

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