LO de que la crisis ha llevado a emigrar a muchos jóvenes linenses con inquietudes y preparación no es precisamente ni una leyenda ni algo que deba pasar desapercibido, por la influencia que puede tener en el futuro de la ciudad. Un atleta con algo más que proyección como Araceli Cano Morente, con apenas 22 años, y su novio Miguel Carrillo se marcharon a Liverpool a buscarse la vida y a mejorar su nivel de inglés hace poco más de un año, en concreto en febrero de 2013. Una aventura en toda regla de que de momento no reniegan y que sólo tiene una supuesta fecha de caducidad (septiembre del presiente año) aunque, como es lógico, la tierra les tira. "La Línea siempre la llevaré por bandera, porque no me gusta que tiren lo mío. Todo no funciona de la mejor manera, pero tiene su encanto, su gente, sus lugares , sus tradiciones... en fin, cuando le dicen algo malo, a mi siempre me gusta sacarle sus cosas más bonitas".

La que habla es Araceli Cano, pero casi se podría decir que más que hacerlo a título individual, ejerce más de portavoz de la pareja.

"Me vine porque necesitaba aprender inglés y que mejor manera de hacerlo que rodeado de británicos", asegura. "Mi novio también quería aprender el idioma para tener más facilidades a la hora de encontrar trabajo, así que no nos costó tomar la decisión".

"La madre y la familia materna de Miguel fueron criados en Liverpool y como él nació aquí y esto le tira, pues decidimos trasladarnos para ver como nos iban las cosas", continúa Araceli Cano. "Tuvimos la facilidad de establecernos en la casa donde vive su abuela".

"Ahora vivimos alquilados en un piso en centro de Liverpool y para cubrir todos los gastos que la independencia conlleva, Miguel trabaja como camarero y yo en una empresa de limpieza, los dos, a media jornada", detalla. "No es plato de buen gusto, pero en mi familia siempre me han enseñado a valorar los trabajos, porque todos son dignos, así que no se me caen los anillos".

"Liverpool, la ciudad de Los Beatles tiene su encanto", remarca Araceli Cano al ser preguntado por la ciudad en que habita. "Lo que más me gusta es su ambiente, aunque aquí los ritmos de vida son muy distinto a los que estamos acostumbrados y por ejemplo a eso de las seis de la tarde ya cierran los comercios".

"Sin embargo siempre hay gente, de todas las edades, paseando por sus calles y visitando sus rincones", matiza.

"Los precios son, en su mayoría, muy similares a los que estamos acostumbrados allí, pero siempre vamos buscando las ofertas para llegar lo mejor posible a final de mes", dice en tono jocoso.

"La comida inglesa la verdad es que aún no se muy bien que tipo es, en casa siempre comemos comida casera española, para no perder las buenas costumbre", recalca. "Una comida que creí que nunca iba a probar son los Beans [Habichuelas con tomate], pero como Miguel si los comía de pequeño pues me lo ha pegado".

"Lo que sí es diferente es el desayuno Inglés, si desayunas eso, no almuerzas", reconoce. "Pero está bastante bueno y una vez al mes pues si que cae alguno".

Araceli Cano estudió en el Colegio Inmaculada y en el Instituto Virgen de la Esperanza, para después especializarse en Educación Primaria en la Escuela Universitaria de Magisterio Virgen de Europa.

"Durante el último curso de bachillerato, así como en los tres de carrera no tenía mucho tiempo libre, ya que trabaja como monitora de deporte extraescolar en Las Mercedes y entrenaba, ya que era atleta del CAL", recuerda de su última etapa en la Línea. "Eso sí, los fines de semana solía ir a merendar a las cafeterías del centro, normalmente al Woky o si el tiempo lo permitía, y no tenía que competir iba con la familia a pasear por el Pinar del Rey".

Y es que Araceli Cano fue una destacada atleta, que tomó parte en varios Campeonatos de Andalucía y en algunos de ámbito nacional. "Sin duda alguna me quedo con el Campeonato de España de Marcha de Santa Eulalía, en Ibiza. Fui acompañada por mi entrenador y marchador también, Víctor Sánchez Moreno. Aprovecho para remarcar que fui gracias al club que me fichó y nos pagó todos los gastos, un club de Lorca, el Spapak Eliocroca".

"Mi familia es de La Línea, aunque mi padre nació en San Roque. Mis recuerdos de La Línea durante mi niñez siempre son en La Atunara, barriada donde iba todas las tardes a la casa de mis abuelos maternos. Aunque vivía en el centro de la ciudad, puedo decir que fue en la calle Lepanto donde me crié".

"Son siempre gratos recuerdos, siempre jugando en la calle y en verano ir a la playa a ver como el barco de mi abuelo, Manolo Morente, recogían las Belmas a la orilla. Todo muy entrañable", evoca.

"Ahora lo que más echo de menos es la familia, en estos casos donde hay bastante distancia de por medio es cuando una se da cuenta de lo que realmente se necesitan en el día a día", asume Araceli. "Tanto a la mía como a la familia de mi novio, que siempre me han querido como una más de la suya".

"Pero bueno, nada que no se pueda arreglar mediante una videollamada por Skype o una llamada telefónica, la verdad es que mantenemos bien el contacto, y siempre está Facebook, así que muchas veces no hace falta hablar para saberlo todo", acaba.