La Línea

Hogar Betania ayuda a 38 'sin techo' a salir adelante con trabajo este año

  • El centro es el único de estas características en Cádiz · Los voluntarios, que inician una campaña para captar socios, no se vienen abajo por no tener subvenciones públicas · Reciben ayuda privada y de Cáritas

Un total de 38 personas que han sido atendidas en lo que va de año en la residencia para personas sin hogar y en riesgo de exclusión de La Línea han logrado salir adelante en condiciones dignas y además tienen un puesto de trabajo.

Este balance es producto de los ingredientes que se cuecen en el Nuevo Hogar Betania. Se trata de un centro que antes fue un albergue de emergencia social que cubría un máximo de tres días de estancia. Como en tres días, según los voluntarios del proyecto, no cumplían con el objetivo se dio un importante giro a la idea y se apostó por un proyecto de integración que permitiera a los residentes reordenar su vida, cubrir sus necesidades básicas y reinsertarse en la sociedad. La directora de Centro Residencial de Personas Sin Hogar, Begoña Arana, explica que cuentan con 12 plazas, ocho para hombres y cuatro para mujeres. En él trabaja un equipo técnico apoyado por voluntarios. "Es el único que hay de estas características en la provincia de Cádiz. Cubrimos La Línea, el Campo de Gibraltar y nos derivan personas de los albergues de Sevilla o Málaga", explica.

La falta de apoyo pone en serio riesgo la permanencia de este proyecto por eso el hogar ha iniciado una campaña para pedir colaboración. Como trabajadora social, Arana valora que de las 152 personas atendidas este año en asesoramiento y acogimiento, 38 han conseguido el objetivo. Que este grupo haya logrado un trabajo tal y como está la situación actual tiene relación con el taller de empleo que es otro de los pilares del centro y que gracias al convenio con empresas los residentes han podido realizar prácticas. "Hay empresas muy sensibilizadas en el Campo de Gibraltar con el colectivo", elogia la directora.

Esta cifra es el auténtico acicate para que todos los que trabajan en el hogar, voluntarios que no reciben ningún ingreso por su trabajo, hayan movido ficha para garantizar su sostenibilidad.

Esta residencia hasta julio de este año ha dependido funcional y orgánicamente de Cáritas Diocesana y ha contado con subvenciones de la Junta de Andalucía. "Al acabarse la subvención el proyecto se acababa. Había que cerrar y echar a los 12 residentes. Cáritas La Línea y su presidente, José Luis Mérida, nos apoyaron y decidimos hacernos cargo y seguir adelante", explica Arana.

En este proceso el equipo se puso las pilas y pidió ayuda privada para hacer frente a los gastos. Así decide erigirse en asociación. "No obstante, tuvimos que abandonar esta casa el 31 de julio y estuvimos en un piso de alquiler un mes. El 1 de septiembre volvimos gracias a Cáritas La Línea que nos ha cedido las instalaciones que pertenecen al Obispado de Cádiz", reconoce. El equipo que trabaja en el Hogar Betania está formado por tres técnicos, dos guardas de noche y 19 voluntarios que participan muy activamente. Arana reconoce también que tienen cubierto el presupuesto de alimentación, luz, agua y seguros hasta este mes de noviembre. "Una empresa de La Línea que quiere permanecer en el anonimato es quien nos ha prestado ayuda en esta andadura aparte de gente anónima de Sotogrande y Gibraltar, sobre todo", agradece.

La gente que llega al centro residencial debe ser objeto de un proceso de valoración para cumplir el perfil. Cuando reciben el alta les realizan un seguimiento. Para garantizar la sostenibilidad en estos tiempos tan difíciles el colectivo ha iniciado una campaña para captar socios que se sumen a una iniciativa que da esperanza y una oportunidad a quienes lo tienen más complicado.

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