La Línea

Una familia reclama atención sanitaria para su hija que padece el síndrome de Behcet

  • La joven que tiene esta enfermedad catalogada como rara está en tratamiento pero necesita asistencia cuando sufre crisis

La familia de Aroa Barbosa Gómez reclama la ayuda del SAS para que la joven, de 31 años y madre de una hija de 11, pueda recibir asistencia sanitaria en el hospital de La Línea y sea atendida del síndrome de Behcet que tiene diagnosticado.

La enfermedad reumática crónica que padece Aroa Barbosa causa una inflamación de los vasos sanguíneos de causa desconocida, que puede afectar a casi cualquier parte del organismo y está catalogada como una enfermedad rara. Se trata de una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca a los capilares produciendo inflamaciones. La personas que sufren este síndrome pueden padecer úlceras estomacales y genitales, inflamación del ojo y también pueden aparecer afectaciones articulares, del sistema circulatorio y del sistema nervioso central.

La madre de Aroa Barbosa, Ana Isabel Gómez, explicó a Europa Sur que cuando su hija, que está en tratamiento, sufre una crisis y la trasladan al hospital "ningún médico sabe qué hacer, nadie la puede atender y cuando llegamos a Urgencias nosotros somos los que tenemos que explicar lo que le pasa y cómo hay que actuar". Estas crisis consisten en fuertes mareos, el entumecimiento de las piernas (la joven ya tiene paralizado la mitad izquierda del cuerpo) y puede llegar a perder el conocimiento. "Al final hemos optado por llevarla nosotros mismos al hospital ante la tardanza de las ambulancias pero cuando llegamos allí nadie sabe qué hacer aunque tenemos una Seguridad Social y estamos en la Unión Europea. Lo único que queremos es que un médico la atienda y mejore su calidad de vida".

Aroa sufre esta enfermedad desde hace dos años y medio, cuando se quedó embarazada y perdió a su bebé durante el parto, en el octavo mes de la gestación. "Fue por la dejadez de los médicos que retrasaron el parto y se le inflamaron los vasos sanguíneos. Luego perdió al niño y a la depresión se le sumó que a las dos semanas del parto empezaron a aparecer los síntomas", indicó su madre, que lamentó la actuación de un ginecólogo durante el embarazo: "Se portó muy mal con nosotros porque bien que cobró las consultas pero luego no se interesó cuando el niño murió, ni por mi hija tampoco cuando una semana antes de que diera a luz estuvimos en su consulta". Aroa Barbosa y su hija viven actualmente en el domicilio de sus padres.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios