El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, apostó ayer en Sevilla por un estatus similar al de Andorra para Gibraltar mediante una negociación entre España y el Reino Unido. Agregó que el Peñón tendría que ser "consultado" a través de un referéndum y que habría que tener en cuenta sus derechos "democráticos y modernos".

"Una propuesta o posible solución sería que el Peñón alcanzara un estatus como el de Andorra, algo que España no tiene ánimo de hacer en este momento y tal vez nunca. Si eso fuera viable, yo incluso no vería imposible recomendárselo al pueblo de Gibraltar, que es el que tiene el derecho a decidir su futuro", puntualizó.

En este sentido, el representante político del Peñón recordó que el contencioso de Gibraltar "tiene más años que toda la vida de Estados Unidos", e hizo hincapié en que "en el siglo XXI no puede tener una solución del siglo XVIII, aplicando el Tratado de Utrecht".

Así, en respuesta a la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, que el miércoles abogó en la comisión de Exteriores del Senado por solucionar la cuestión de forma bilateral entre España y el Reino Unido, Caruana aseguró que los acuerdos "podrían firmarse entre ambos", pero matizó que en el periodo de diálogo previo "sería inviable políticamente y un error excluir a los gibraltareños".

En este punto y ante varias decenas de empresarios y políticos, el ministro principal reiteró que, personalmente, apoyaría un estatus para Gibraltar similar al que posee Andorra tras la Constitución de 1993 y previa consulta a los gibraltareños en referéndum.

"El Tratado de Utrecht no puede servir para negar a 30.000 europeos sus derechos democráticos y, de igual forma, Gibraltar tampoco es patrimonio del Reino Unido para regalarlo en una negociación bilateral como si los que estamos allí fuéramos irrelevantes. Gibraltar goza de autogobierno e independencia administrativa y legislativa, rozando lo que sería la total independencia", manifestó el político socialdemócrata, quien apuntó no obstante que el Peñón "no quiere ser independiente, porque el Reino Unido no lo permite y porque el mundo global es peligroso para los países tan pequeños. Sin embargo, Gibraltar no quiere ser de España porque no lo ha sido en 300 años", reseñó.

De otra parte, esgrimió que aunque España "tuviera razón en sus planteamientos, esa postura es insostenible en el siglo XXI. España no puede ir por el mundo predicando los derechos humanos y democráticos y que su política hacia Gibraltar sea la única que no refleje esos sentimientos", alegó.

Tras conocerse estas declaraciones, el senador socialista por Cádiz José Carracao indicó en declaraciones a este medio que, en su opinión, las palabras del ministro principal son "un avance y una evolución positiva respecto a la posición que Caruana mantuvo hace años cuando se habló de soberanía compartida. Creo que es valiente, que abre un campo de debate extraordinario y que el Gobierno español no debería dejar caer la propuesta en saco roto. Considero que puede iniciarse un nuevo campo de trabajo al que yo ayudaría en la medida de mis posibilidades", afirmó.

El político campogibraltareño añadió que "no hay que preguntarse por qué Caruana dice esto ahora. Lo importante es que lo ha dicho y, al hacerlo, está valorando que un posible acuerdo con España reportaría muchos beneficios a Gibraltar. Quizás es hora de dejar a un lado los complejos y de ser conscientes de que, aunque el acuerdo sea una cuestión bilateral entre España y el Reino Unido, hay que tener en cuenta la opinión y la voluntad de los habitantes del Peñón", argumentó. Por último y aunque reconoció que los casos de Gibraltar y Andorra son "diametralmente opuestos" porque el estatus actual del segundo es fruto de una evolución histórica cuyos orígenes son medievales, consideró que Caruana "no está hablando de orígenes sino del resultado".