Gibraltar

Un acusado de estafa culpa a Picardo de aportar correos falsos

  • Casanova se enfrenta a dos años de cárcel por difundir rumores falsos para subir las acciones del Banco Popular

El empresario murciano Trinitario Casanova, acusado de difundir rumores falsos en 2008 para aumentar el valor de las acciones del Banco Popular para beneficio propio, acusó ayer en la reanudación del juicio al que fuera su abogado, el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, de entregar a la justicia española correos electrónicos falsos con el fin de inculparle.

Picardo mostró ayer no sólo su disposición a seguir colaborando con las autoridades y la justicia españolas, si no que afirmó que aportará nuevas pruebas al caso.

Según publica el periódico El Español, la acusación entiende que Casanova, que se enfrenta a dos años de cárcel por un delito continuado relativo al mercado y los consumidores, mintió a Picardo al pedirle que a través de su bufete, Hassans International Law Firm, preparara el contrato para que un grupo de empresarios mexicanos le compraran unas acciones, que sumaban el 3,5% del Banco Popular. En 2007, el empresario había invertido 527 millones de euros en acciones del Banco Popular, pero el negocio le había salido mal al estallar la crisis económica y ahora pretendía hacer creer -entre otros, a Picardo- que los inversores existían para subir el precio de las acciones y poder venderlas tras una fuerte caída en la bolsa.

Es por ello que el ministro principal entregó los correos electrónicos en los que demuestra que Casanova intentó engañarle también a él y que éste niega. "Es falso, yo no he escrito eso. Es totalmente falso. Esto me da un poco de coraje", explicó en su interrogatorio como acusado, siempre según el relato del periódico.

El empresario pretende hacer creer que fue el ministro principal de Gibraltar el que quiso ponerle en contacto con un grupo de inversores que querían comprarle sus acciones. Sin embargo, los correos electrónicos que obran en la causa no dicen lo mismo. Después de que el fiscal leyera varios emails, Casanova optó por negar la mayor. "No reconozco ningún correo. ¿Usted ha comprobado que estos correos han salido de la empresa?", le preguntó al fiscal.

"Yo a Picardo no le he ofrecido nada. Se inventa toda esta historia. No se el motivo o el móvil. Fue él quien me ofreció comprar el paquete de acciones. La prueba es que nunca le pagué los honorarios porque él no era mi abogado sino que se ofreció como comprador", insistió el empresario. El acusado explicó que conoció a Picardo en Argentina, por una inversión inmobiliaria en la que contrató al ministro principal de Gibraltar como abogado. "Me cobró 18.000 euros por adelantado. ¿No cree que si la venta de las acciones se las hubiera encargado yo, siendo un negocio mucho mayor, no me hubiera cobrado? No tiene sentido, es todo inventiva", contestó al fiscal, según el periódico. Según el fiscal, Casanova urdió una trama para que subiera el precio de las acciones de la que Picardo fue sólo una pieza. Para ello hizo circular durante el mes de junio de 2008 a través de la prensa económica "la noticia mendaz de que un grupo de inversores mexicanos estaba interesado en lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) de acciones sobre el Banco Popular a un precio muy ventajoso". Además, para evitar que las acciones se desplomasen, filtró la noticia de que un despacho de abogados con sede en Gibraltar, el de Picardo, estaba interviniendo en la operación. Al ahora ministro principal le encargó que le constituyera de forma "urgente" una "estructura societaria opaca" con la que se instrumentalizaría la supuesta OPA sobre el Banco Popular por parte de unos empresarios entre los que -le dijo- se encontraban Carlos Slim, Antonio Bailleres y Tomás Milmo. El fiscal también le acusa de mentir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), para aumentar la creencia de que se iba a lanzar una OPA al Banco Popular y así subir el precio de las acciones. En los correos electrónicos cruzados con Picardo, el propio Casanova le daba instrucciones a Picardo sobre qué debía informar a la CNMV y el propio Casanova le daba los nombre de los empresarios mexicanos, a pesar de que en el juicio aseguró desconocer quienes eran. "No creo en estos correos. Es falso. Yo no he enviado nunca estos correos a Picardo", insistió.

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