Los cientos de españoles que ayer quisieron aprovechar las vacaciones de Semana Santa para visitar Gibraltar y hacer compras se encontraron con demoras en la Verja, tanto a la entrada como a la salida, de más tres horas.

A medio día, la cola de coches se adentraba en la avenida España como no se recuerda, ya que las autoridades españolas decidieron en ese momento intensificar los controles en el paso fronterizo. Igualmente, hacia las cuatro de la tarde, cuando todos los visitantes se apresuraban a salir de la Roca, los controles volvieron a reforzarse, lo que reprodujo el atasco esta vez hacia dentro de Gibraltar. A media tarde se fue aliviando la cola para motocicletas y peatones hasta desaparecer, pero la de vehículos continuó durante prácticamente todo el día.

En los peores momentos de la jornada, que amenaza con reproducirse hoy, la Policía de Gibraltar llegó a contar que sólo pasaban 25 coches en media hora.

Durante todo el día se sucedieron las quejas de los españoles y de los gibraltareños que se vieron afectados por este aumento del celo en la vigilancia de la Verja por parte de las autoridades españolas. Basta con hablar con algunos de los que tuvieron que soportar la interminable espera para comprobar que cundió la sensación de que lo busca el Gobierno de España es afixiar el comercio gibraltareño obstaculizando el paso de ciudadanos españoles que intentan realizar compras allí.

De hecho resulta curioso que los controles -que España defiende que se realizan para evitar que entre tabaco ilegal a La Línea- se produjeran en un día tan señalado a la entrada hacia al Peñón y no sólo a la salida.