Gibraltar

La tensión por las aguas da otro paso

  • La designación de 'Estrecho Oriental' como ZEC por parte de España quiere evitar prácticas nocivas como el bunkering en el mar que rodea el Peñón. Picardo asegura que Madrid no podrá actuar pero alerta a Londres

La tensión política en torno a las aguas que rodean Gibraltar ha dado un paso más esta semana tras la designación por parte del Gobierno español del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) Estrecho Oriental como Zona de Especial Conservación (ZEC), pues ésta incluye el mar que rodea el Peñón, englobado a su vez en el LIC británico Southern Waters of Gibraltar, también ZEC.

Con este paso, obligado para España tras la aprobación de Estrecho Oriental como LIC, Madrid pretende legislar y avanzar en la protección sobre las aguas que se superponen, donde por otra parte son Gibraltar y el Reino Unido los que ejercen el control, extremo que España ni reconoce ni acepta al considerar que esas aguas son españolas.

El objetivo de Madrid es evitar prácticas como los vertidos, el trasvase de combustible de barco a barco -más conocido como bunkering-, ganar terreno al mar mediante rellenos extraídos con material del fondo marino, o la utilización de determinadas artes de pesca en las zonas más sensibles.

Sin embargo, cabe preguntarse si el Gobierno español, que aprobó la designación de ZEC un día después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea rechazara el recurso presentado por Londres para invalidar Estrecho Oriental sin entrar en la disputa territorial, será capaz de cumplir dicho objetivo teniendo en cuenta que no son las autoridades españolas las que ejercen jurisdicción de facto en esas aguas.

A pesar de esas dificultades, el paso dado por el Gobierno de Mariano Rajoy ha encendido las alarmas en el Ejecutivo socialista-liberal de Fabian Picardo, que aunque considera que "nada ha cambiado respecto a la soberanía británica de las aguas que rodean el Peñón", el mismo viernes elevó este asunto al Reino Unido. Además, está previsto que el ministro principal viaje mañana lunes a Londres, acompañado por el gobernador, el vicealmirante Sir Adrian Johns, para reunirse con el ministro británico para Europa, David Lidington.

La aprobación por parte de la Comisión Europea de dos lugares de importancia comunitaria en el mar, uno a propuesta del Reino Unido y otro de España, abrió un nuevo frente en torno a las aguas que rodean Gibraltar, donde el Peñón ejerce el control y Londres hace valer la soberanía británica a pesar de que Madrid considera esas aguas españolas.

Fue en julio de 2006 cuando el organismo comunitario aceptó designar como LIC unas 5.000 hectáreas de mar bajo el nombre de Southern Waters of Gibraltar. De forma automática, estas aguas quedaron inscritas como lugar de especial interés para la Unión Europea y la Red Natura 2000, correspondiendo al Reino Unido su preservación ambiental.

Dos años y medio más tarde, la Unión Europea aprobó, esta vez a instancias de España, Estrecho Oriental, que tal y como publicó entonces este diario en exclusiva incluía las más de 5.000 hectáreas de mar previamente recogidas en Southern Waters. Ambas designaciones otorgan a España y al Reino Unido, respectivamente, la protección medioambiental de las aguas que se superponen.

Desde la Comisión Europea, que lejos de tomar parte en este asunto se ha limitado a aceptar las propuestas de dos Estados miembros y nunca entra en la línea roja del contencioso, el mensaje es que Madrid y Londres deben colaborar y cooperar para preservar el ecosistema marino. Pero esa posibilidad, teniendo en cuenta además las actuales tensiones, parece inviable.

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