LA enfermedad tromboembólica venosa (ETEV) es una complicación clínica importante y común, principalmente, durante una hospitalización prolongada. Puede presentarse clínicamente como una trombosis venosa profunda (TVP) o como una tromboembolia pulmonar (EP).

La trombosis venosa profunda (TVP) consiste en la formación de un trombo (coágulo de sangre) en una vena profunda, lo que dificulta o impide el flujo normal de la sangre. La mayoría de trombos se producen en el muslo o la pierna, aunque también es posible que se produzcan en el brazo o en otras partes del cuerpo. Un trombo en una vena profunda puede desprenderse y circular por el torrente sanguíneo. Si este trombo llega al pulmón e impide el flujo de sangre, se produce una embolia pulmonar.

La embolia pulmonar es una complicación grave y potencialmente mortal. Puede complicar una hospitalización o cirugía, incapacitar a la realización de determinadas actividades sociales y el trabajo o incluso, eventualmente, llevar a la muerte. El riesgo en pacientes con cáncer aumenta en aquellos que han sido sometidos a cirugía (de 3 a 5 veces), aquellos que han recibido quimioterapia (6 veces), los que tienen ciertas mutaciones genéticas y los que han sufrido TVP. Estos riesgos son especialmente relevantes en los primeros meses tras del diagnóstico de tumores malignos y pueden persistir durante muchos años.

Los pacientes con cáncer tienen una mayor propensión a episodios de ETEV nuevos o recurrentes a lo largo de la enfermedad y especialmente mientras están tratados con medicamentos contra el cáncer. El cáncer tiene el potencial de estimular la coagulación de la sangre, facilitando la formación de trombos. Algunos tratamientos también contribuyen a la aparición de ETEV, como es el caso de la cirugía, quimioterapia, terapia hormonal y tratamientos dirigidos contra el cáncer.

Tras cinco ediciones, el Foro de Oncología sobre Trombosis se ha convertido en un referente sobre este tema. El encuentro tiene como objetivo profundizar en la relación entre la ETEV y el cáncer, así como analizar sus factores de riesgo. El objetivo del tratamiento es detener el crecimiento del trombo, la prevención de la aparición de embolismo pulmonar y prevenir la recurrencia. Esto se puede hacer en un hospital o en el domicilio, siempre que el paciente colabore con el médico y cumpla con el tratamiento. Normalmente la ETEV es tratada con heparina, un grupo de anticoagulantes que circula por el cuerpo. El reto para los profesionales de la salud radica en las características de los pacientes que son diagnosticados con ETEV. Muchos de ellos tienen comorbilidades y están tratados con múltiples medicamentos concomitantes. Los productos derivados de la heparina continúan siendo una parte esencial en el tratamiento de la enfermedad. Son administrados como profilaxis a pacientes considerados de riesgo y en dosis superiores para tratar pacientes diagnosticados de ETEV. Los productos anticoagulantes simplifican el cuidado clínico diario y proporcionan confort a todos los pacientes.

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