España

Sánchez e Iglesias buscan un resquicio para el acuerdo

  • El candidato del PSOE quiere que el líder de la formación morada, que prefiere un Gobierno de izquierdas, se sume a su alianza con Rivera

Concluidas las vacaciones de Semana Santa, los partidos políticos vuelven a enfrentarse al reto de buscar alianzas para formar Gobierno. El más relevante de estos movimientos, por el momento, es la reunión del miércoles entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Podemos, Pablo Iglesias, que vuelven a entrevistarse para explorar sus posibilidades de acuerdo después del rechazo de la formación morada a la candidatura socialista del primer debate de investidura.

A poco más de un mes para que se convoquen de forma obligatoria nuevas elecciones, Iglesias mantiene su oferta al PSOE de formar un Ejecutivo de coalición "a la valenciana", en referencia al Gabinete que preside el socialista Ximo Puig con Mónica Oltra (Compromís) de número dos y el apoyo de Podemos en la Comunidad Valenciana. En el caso del Gobierno central, los miembros de este Ejecutivo serían, además del PSOE y la formación morada, Compromís e Izquierda Unida (IU), y el propio Iglesias de vicepresidente.

Sánchez hasta ahora ha rechazado esa opción porque necesitaría del concurso de Democracia y Llibertat (DiL) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), además del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Según el secretario general socialista, eso situaría la gobernabilidad de España en hombros de los independentistas.

Su apuesta sigue siendo convencer a Iglesias de que Podemos facilite un Gobierno del PSOE con Ciudadanos, aprovechando su tendencia a la baja en las encuestas y la división que se ha puesto en evidencia con el sector más cercano a Íñigo Errejón, número dos del partido morado y supuestamente a favor de pactar con los socialistas la abstención. En ese marco, Iglesias se empeña en hacer ver que la llave del cambio la tiene el PSOE, no él, mientras que Sánchez muestra que el "veto" de Podemos a Ciudadanos es lo que bloquea la salida.

Si ninguna de las dos partes mueve su posición y presenta un resquicio para negociar, el encuentro del miércoles sólo servirá para seguir presionando al otro y su utilidad se mediría en clave interna.

Por su parte, Mariano Rajoy tiene pendiente su anunciada llamada a Pedro Sánchez, a pesar de que éste no quiere ni oír hablar de la "gran coalición". La llamada de Rajoy podría producirse también esta semana, al tiempo que se aviva el debate sobre su sucesión ante un nuevo escenario electoral que en el PP ven cada vez más inevitable.

A excepción de Ciudadanos, que sube en las encuestas con su imagen de unidad y centralidad recuperada gracias al pacto con el PSOE, ninguno de los principales partidos que forman el Parlamento tras el 20-D atraviesa un momento de calma interna que fortalezca su posición.

Sánchez sigue pendiente de si la andaluza Susana Díaz decide medirse con él en las primarias a la Secretaría General previstas para el 8 de mayo, mientras aguanta la presión de los líderes territoriales que le piden que aplace ese proceso para que la disputa interna no coincida ni con una eventual formación de Gobierno ni con la campaña electoral. La dirección del PSOE asegura que está dispuesta a retrasar las primarias y el Congreso Federal de los días 20, 21 y 22 de mayo, en caso de que la mayoría de las federaciones acepte mover la fecha.

En Podemos, la crisis abierta por la destitución del secretario de Organización, Sergio Pascual, próximo a Errejón, sigue pendiente del silencio que guarda el portavoz parlamentario de la formación sobre el asunto, por lo que su asistencia el martes a la Junta de Portavoces del Congreso se prevé rodeada de expectación; la misma que suscita el anuncio de que el próximo domingo Rajoy será entrevistado por Jordi Évole en su programa

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