La candidatura unitaria Junts pel Sí, en la que se integran Artur Mas (CDC) y Oriol Junqueras (ERC), ha presentado su hoja de ruta para después de las elecciones catalanas, que prevé una transición hacia la independencia en dos fases y sin "saltos al vacío" que dejen a Cataluña sin marco legal. En un acto en el Colegio de Abogados de Barcelona, el candidato de Junts pel Sí y ex vicepresidente del Tribunal Constitucional, Carles Viver Pi-Sunyer, ha explicado que el documento está diseñado para evitar un "vacío legal y de poder", bajo los principios de "soberanía, legitimidad, democracia y participación".

La hoja de ruta es flexible a circunstancias cambiantes, como una eventual propuesta del Gobierno central para organizar un referendo, pero no contempla ninguna paralización del proceso si el Estado bloqueara el autogobierno. Si los partidarios de la independencia obtienen la mayoría absoluta el 27-S, el Parlamento catalán podrá aprobar una "declaración de inicio del proceso de independencia" y se pedirá al Estado abrir negociaciones, al tiempo que se abrirá un proceso participativo para que la sociedad catalana elabore un proyecto de Constitución.

El documento contempla la formación de un gobierno de concentración, "lo más amplio posible", con cuatro grandes ejes: puesta en marcha de las "estructuras de Estado", intensificación de los contactos con la comunidad internacional, gestión ordinaria de las competencias autonómicas para salir de la crisis y negociación con el Estado, con la posible "mediación" internacional, para la creación de un Estado catalán independiente. Una vez finalizada la negociación y con las "estructuras de Estado" indispensables instauradas, se procedería a la "proclamación de la independencia", que pretende crear de facto el nuevo Estado.

En esta fase se ejecutaría la "desconexión" respeto al ordenamiento español y se aplicaría una "ley de transitoriedad jurídica" para evitar vacíos legales, una suerte de constitución provisional que permitiría una sucesión ordenada de administraciones y regularía elementos estructurales del nuevo Estado, como la nacionalidad, las lenguas o las instituciones de gobierno. A continuación se aprobaría una ley de "proceso constituyente", para regular la fase parlamentaria del proceso de elaboración de la hipotética "Constitución catalana", con lo que terminaría la primera fase de a transición hacia la independencia.

La segunda fase prevista en la hoja de ruta de Junts pel Sí prevé, en un plazo máximo de 18 meses desde el 27-S, unas elecciones "constituyentes", que darían lugar a un Parlamento que constituiría la ponencia encargada de elaborar una propuesta de Constitución. El proceso de creación del nuevo Estado independiente culminaría con la aprobación de esta Constitución en un referendo.

En paralelo a la presentación de la hoja de ruta, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha pronunciado una declaración institucional con motivo del 70º aniversario de Naciones Unidas, en la que ha asegurado que una Cataluña independiente sería "un socio de confianza" para la comunidad internacional, "dispuesto a asumir todas sus obligaciones internacionales" desde el primer día, y se convertiría en un "polo de estabilidad" en el sur de Europa. Mas ha defendido que Cataluña "debe continuar formando parte" de la Unión Europea "sea cual sea el futuro que se decida" el 27S, pero el primer ministro británico, David Cameron, ha advertido de que si Cataluña se separara de España provocaría su salida del club comunitario y tendría que "ponerse a hacer cola, detrás de otros países candidatos" porque no ve iguales los casos catalán y escocés.

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, ha hecho un llamamiento a la "responsabilidad" y ha pedido a Mas que deje "de engañar a los catalanes" con un proceso de independencia que "ni se puede ni se va a producir".