"Somos la alternativa de la izquierda; otros están abriendo la puerta a la derecha para que siga gobernando". De este modo, Susana Díaz, que preside el congreso extraordinario que los socialistas celebran este fin de semana en Madrid, lanzó una velada crítica a Podemos, la organización de izquierdas que ha irrumpido con fuerzas en las elecciones europeas y que amenaza con quitar el papel hegemónico que el PSOE tiene en la izquierda desde los primeros años de la Transición. 

En la apertura del congreso, Díaz repitió varias veces esta idea: "Somos la referencia de la izquierda". Una alternativa unida, insistió, de ahí que la presidenta de la Junta instara a "levantar la voz y el ánimo" para ser la alternativa de la izquierda que España necesita". 

Con la vista puesta en las próximas elecciones municipales, Díaz señaló en esta dirección para decir que los comicios locales y autonómicos están "a la vuelta de la esquina" y tiene que ser "el principio del cambio", por lo que pidió a los socialistas a que se "echen a la calle". 

Además, Díaz lanzó otra petición al auditorio socialista: que no se queden callados cuando escuchen decir que todos los partidos son iguales, que "levante la voz" y lo digan "alto y claro" porque los socialistas, dijo, "no son ni siquiera parecidos a otros gobiernos". 

El nuevo secretario general, Pedro Sánchez, se enfrenta a un cambio de modelo en la izquierda española y, en cierto sentido, su elección, por primarias y a sus 42 años, es una respuesta de los socialistas al otro Pablo Iglesias, no la que fundó el PSOE hace 135 años, sino al joven profesor universitario que, con mejores o peores argumentos, está moviendo el arco político español. Sin embargo, no son pocos los que ven un peligro de mimetización con esa formación. "Lo peor que podríamos hacer es copiar a Podemos", explicó el ex presidente andaluz José Antonio Griñán. Algo parecido dijo Alfredo Pérez Rubalcaba: "Estamos entre la ruptura y el inmovilismo". La socialdemocracia entendida como la izquierda pragmática.