El gabinete de crisis entre el presidente de la FIA, Max Mosley, la asociación de equipos de la Fórmula 1 (FOTA) y el dueño del negocio, Bernie Ecclestone, se cerró ayer sin acuerdos a la espera de que las escuderías presenten una nueva propuesta sobre el límite presupuestario para 2010.

"Estamos dispuestos a escuchar lo que tengan que decirnos", dijo Mosley tras la reunión en un hotel en el aeropuerto de Heathrow.

El presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) confirmó que Ferrari ha interpuesto un recurso de urgencia ante un tribunal de Francia contra el límite voluntario de presupuesto de 60 millones de dólares válido para 2010.

Además de Ferrari, otros equipos como Renault, Toyota, BMW-Sauber y Red Bull han amenazado con una retirada de la Fórmula 1 si el límite aprobado por la FIA en abril seguía vigente. Y la amenaza sigue viva.

Ferrari, el equipo más beligerante y cabeza de la protesta, está dispuesto a usar toda su fuerza para imponerse en el pulso con la FIA. Y de su parte está hasta el gobierno de Italia. El secretario de Estado Rocco Crimi señaló el miércoles: "Una Fórmula 1 sin Ferrari es como una boda sin novia".

El campeón del mundo de Fórmula 1, el británico Lewis Hamilton, está desilusionado por que haya tanta política en su deporte. "Nunca imaginé que habría tanta política cuando llegué a la F1".